Las marcas no sólo se fijan en las tablas de ventas. Es importante vender y, si es posible, más que la competencia más directa. Sin embargo, son los márgenes de beneficios los que dictan sentencia con respecto al éxito o al fracaso de un coche. No sirve de mucho que un coche que cuesta mucho producir se venda bien porque el margen de beneficio por unidad se recorta notablemente. El objetivo es buscar un fino equilibrio entre lo que se ofrece y lo que se consigue. En Porsche, creen que el nuevo Macan, que será totalmente eléctrico, tendrá un beneficio similar al de un modelo de combustión.
El Cayenne y el Macan fueron los dos coches que salvaron a la marca. Pasarse al mercado SUV fue todo un punto de inflexión para los de Stuttgart. A muchos no les sentó bien, pero gracias a ese paso arriesgado, Porsche ha llegado a ser lo que es hoy. La próxima etapa de la compañía es la electrificación, como ya han demostrado con el Porsche Taycan. Parece mentira, pero el primer modelo eléctrico de la marca lleva ya cuatro años en el mercado demostrando una salud comercial excelente.
No es un eléctrico de masas, pero las ventas han sorprendido a todo el mundo. Sólo en Estados Unidos, en su primer año, vendió más de 20.000 unidades. El año siguiente fue incluso mejor. Hoy, las ventas han descendido ligeramente, pero es algo normal y corriente dentro del ciclo de vida de un producto. Los problemas en la cadena de suministros, principalmente semiconductores, está causando estragos. A pesar de ello, lo importante es que el Taycan sigue dejando datos positivos en las arcas de la compañía.
En una entrevista a Automobilwoche, Albrecht Reimold, gerente de producción de Porsche, ha comentado que los modelos eléctricos están “en el camino correcto” para lograr un margen de beneficios comparable al de modelos con motor de combustión. El cambio de sistema de energía plantea varios retos a las marcas. El coste del desarrollo crece, al igual que el de la producción. El precio de las materias primas se ha disparado y las baterías suponen un elevado tanto por ciento de la factura de compra. A pesar de ello, Porsche ha alcanzado un gran equilibrio en cuanto a rentabilidad.
El jefe de Producción ha comentado que Porsche trabaja atentamente para producir cada modelo eléctrico a un coste razonable, “depende de cada componente y cada tornillo que al final no tengamos que usar. Por otro lado, trabajamos constantemente en mejorar nuestros procesos e implementar nuevas tecnologías que incrementen la eficiencia”. La rentabilidad tiene un precio, como ya hemos podido ver con el Taycan. Su calidad es buena, pero no es equiparable a la de un Panamera o a la de un Cayenne.
Porsche lo apuesta todo, o casi todo, a lo eléctrico. El nuevo Macan será el siguiente coche eléctrico en llegar a la familia, pero no será el último. La familia SUV crecerá en unos años con la llegada de un modelo inédito. Un gran todocamino con capacidad para siete pasajeros que usará la electricidad como único sistema de movilidad. Actualmente, el proyecto se conoce con el código K1. No será un coche ni pequeño ni barato, pues es la propuesta de Porsche para luchar contra modelos como el Bentley Bentayga o el Rolls-Royce Cullinan.