El problema con los objetivos es que hay que cumplirlos. Las proyecciones son la base del futuro para una marca. Porsche tenía grandes esperanzas en su nueva etapa eléctrica. El éxito cosechado con la primera versión del Taycan fue tan inesperado como bienvenido. Los de Stuttgart vieron una forma de adelantarse a la competencia, pero un cambio de rumbo está frenando en seco sus objetivos. Las ventas eléctricas caen, los puntos de ventas exigen compensaciones y el máximo responsable en China es sustituido. Todo a la vez y sólo estamos a martes.
Hace unos años, animados por las ventas de su primer coche eléctrico, Porsche, en un arrebato de optimismo, aseguró que para 2030 el 80% de sus ventas serían eléctricas. Teniendo en cuenta la buena salud comercial del Taycan y la conversión de su flota, todo apuntaba a que alcanzar semejante volumen era posible. Sin embargo, ya no corren los mismos tiempos de esplendor eléctrico. Las ventas se han ralentizado. ¿Cuánto? Pues a tal punto que la fábrica de Zuffenhausen se ha visto obligada a reducir la carga de trabajo ante la falta de pedidos. Hace sólo unos días, Porsche se reafirmaba en su estrategia.
Objetivo plausible, pero con pocas esperanzas de lograrlo
No sólo no se reafirmaba sino que adelantaba la baja de varios modelos de combustión. Tras el Taycan, el Porsche Macan ha sido el siguiente en electrificarse. Uno de los coches más vendidos de la casa sólo estará en formato EV para esta nueva generación. Los planes contemplan más lanzamientos como los de la Serie 718 o el del futuro Cayenne eléctrico. El problema ahora mismo es la falta de flexibilidad. Como ya hemos dicho, el Macan ha sido una pieza clave en la compañía y el hecho de haberlo convertido en un SUV 100% eléctrico puede haber supuesto un riesgo excesivo.
China representa el 20% de las ventas totales de Porsche. Un volumen importante para cualquier fabricante. La división Oriental ha estado bajo el control de Michael Kirsch, que ahora cambia de puesto sin rol definido. Su puesto es inmediatamente ocupado por Alexander Pollich. El nuevo director ejecutivo de Porsche China, Hong Kong y Macao tiene varios retos complicados ante sí. Lleva más de 20 años en la compañía. Desde 2018 ha ocupado el puesto de presidente del Consejo de Administración de Porsche Alemania y antes ha ocupado puestos de gran importancia en Canadá y Reino Unido. Pollich tendrá que echar mano de toda esa experiencia para reorientar la situación.
Diversos medios chinos han informado que algunos concesionarios de Porsche están solicitando indemnizaciones al ser obligados a vender coches eléctricos con pérdidas. Los vendedores tienen que firmar operaciones para cumplir con el cupo de ventas, aunque estas firmas acarreen pérdidas para la concesión. De la misma manera se informa que muchas concesiones se han opuesto directamente a los objetivos de ventas para este año. En lo que llevamos de año, en los primeros seis meses del curso, las matriculaciones de Porsche en China han caído un 33% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Ante este nuevo panorama, Porsche acaba de reconocer que su objetivo de electrificación para 2030 será muy difícil de cumplir. En un comunicado a Reuters, la compañía asegura que "la transición a los coches eléctricos está tomando más tiempo de lo que pensábamos hace cinco años". Si bien no renuncian al reto de conquistar el 80% de las matriculaciones eléctricas para finales de la década, ahora no se muestran tan seguros de ello y ponen la responsabilidad en el tejado de los clientes. "Nuestra estrategia de productos está diseñada de tal manera que podríamos entregar más del 80% de nuestros vehículos totalmente eléctricos en 2030, dependiendo de la demanda de los clientes y del desarrollo de la electromovilidad".