Hace unos días la Portavoz Climática del Primer Ministro de Reino Unido, Boris Johnson, realizó unas declaraciones donde criticaba la usabilidad y practicidad del coche eléctrico. Allegra Stratton, así se llama la portavoz, destacó la falta de infraestructura para realzar la viabilidad del coche eléctrico, y por ello sigue prefiriendo su viejo coche diésel.
De hecho, la señora Stratton dirigía sus palabras contra la red de recarga. Aduciendo la necesidad de visitar a familiares a 200 o 250 millas de distancia, unos 320 o 400 kilómetros, no veía factible el uso de un coche eléctrico porque emplearía mucho tiempo en hacer los recorridos, además de sumar la ya conocida ansiedad por la recarga/autonomía.
La Portavoz Climática advierte que muchos de sus compatriotas tienen el mismo problema, y que por lo tanto la implantación del coche eléctrico todavía está lejos de ser algo real. Ella mismo comentó que para ese tipo de desplazamientos prefiere emplear su Volkswagen Golf diésel de tercera mano. Desconocemos si la señora Stratton conoce realmente las capacidades de los más avanzados coches eléctricos, aunque podemos imaginar la respuesta.
Tesla Model S en un puesto de recarga.
Le convendría saber que algunos modelos en la actualidad son capaces de recorrer más de 500 kilómetros sin tener que parar a recargar. Y que, en cierto modo, la mejora de la red de recarga del Reino Unido depende del propio Gobierno del que forma parte. Obviamente entendemos lo que la portavoz quiere decir, pero no compartimos sus palabras.
«Todavía no me gusta», dijo Stratton, que vive al norte de la congestionada ciudad de Londres, donde por cierto hay duras restricciones para los coches más contaminantes. «Debido al tiempo que tardo en hacer viajes para visitar a mi padre en el sur de Escocia, a mi madre en Gloucestershire, a mi abuela en el norte de Gales y a mis suegros en el Distrito de los Lagos. Son todos viajes en los que creo que sería necesario al menos una parada larga para cargar».
La ansiedad por la recarga es un problema habitual de los conductores en todo el mundo. Muchos de ellos tienen una clara preocupación por la falta de puntos de recarga y la autonomía de los coches eléctricos. La red de recarga es algo que debe crecer con el paso de los años, y los Gobiernos locales y estatales deben ayudar y apoyar a mejorarla. Las palabras de la señora Stratton no son nada extraño, pero proviniendo de una persona en su posición como Portavoz Climática están fuera de lugar.