Hemos hablado largo y tendido sobre el coste de cada kWh de batería y lo que ello implica en el precio final por el que los clientes adquieren sus coches eléctricos. Es el componente más costoso que tiene lugar en un coche eléctrico y el principal factor por el que éstos son menos asequibles que sus equivalentes térmicos, pero ahora, según Benchmark Mineral Intelligente, el coste ha caído hasta 110 dólares por kWh.
Estudio que adelanta acontecimientos conforme al que dimos a conocer a mediados del mes pasado. En aquella ocasión era el UBS quien indicaba que para 2022 cada kWh de batería costaría tan sólo 100 dólares.
Coste que confirma Benchmark Mineral Intelligence que hemos rebasado, tras tener acceso al contrato de una multinacional de automoción al coste de fabricación de baterías, y aunque no comentan de qué fabricante se trata, en Inside EVs apuntan a que podría ser Volkswagen con su MEB quien ha facilitado los datos a la compañía, o tal vez Hyundai y KIA.
110 dólares, es decir, 90,68 euros al cambio actual. Ese es el precio que indica Benchmark Mineral Intelligente que le cuesta a este fabricante cada kWh de batería fabricado. Es una gran noticia si tenemos en cuenta que llevamos años esperando a que el precio de los coches eléctricos decaigan para que definitivamente sean más asequibles, pero no es tan positiva al constatar que este hecho no ha tenido un impacto directo sobre el coste de adquisición de un coche eléctrico.
El precios de las celdas de baterías de iones de litio ha ido decreciendo desde los 290 dólares por kWh de 2014 a los 110 en noviembre de 2020. Una caída caída porcentual que anualmente desde 2014 hasta 2017 se ha situado en un 16,5%, mientras que de 2017 hasta la actualidad la caída se ha ido reduciendo anualmente en un 5,4%.
Benchmark Mineral Intelligente apunta a que es el cliente final quien asume la volatilidad inicial del coste de producción de las baterías a través de un precio fijo.
Pero lo cierto es que aún habiendo caído el coste de cada kWh fabricado los fabricantes se muestran reacios a ajustar las tarifas de compra de sus coches eléctricos, aunque sí es cierto que la autonomía de estos ha crecido significativamente. Si lo que anuncian desde Benchmark Mineral Intelligente es cierto, la problemática en torno al coste de los coches eléctricos desmiente la teoría existente de que todo el coste se centra en torno a la tecnología necesaria para explotar las materias primas, ya que, según la publicación de Benchmark Mineral Intelligente, la economía de escala en torno a la extracción de minerales ha supuesto un factor clave en la reducción del coste de cada kWh fabricado hasta la fecha.
Andrew Leyland, jefe de asesoría estratégica de Benchmark Mineral Intelligente, critica con estas palabras el traspaso de costes existente hacia los clientes: "Es bastante preocupante que muchos miembros de la junta automotriz sigan esperando que los costes de fabricación de baterías continúen disminuyendo a cierto ritmo sin comprender la cadena de suministro en la que se encuentran. La volatilidad de los precios en la cadena de suministro de baterías de automóviles llega en la fase de extracción de minerales. Aquí los precios están determinados por los fundamentos del mercado de oferta, demanda, costo y nivel de inventario". Todo ello significa que, básicamente, a mayor demanda se corresponde un menor precio de adquisición de materias primas, y son los clientes finales los que están asumiendo un coste fijo de la producción de baterías mientras que los fabricantes aprovechan la volatilidad de los precios de estas materias para sacar beneficio.