El precio de referencia de las baterías de iones de litio ha descendió un 35% desde la primera mitad de 2018, situándose actualmente en 187 $/MWh. Este precio promedio está basado en el índice de coste estandarizado de referencia LCOE, y predice un descenso en el coste de los vehículos eléctricos y un incremento de su uso en los sistemas de almacenamiento de energía de origen renovable.
El informe publicado por BloombergNEF (BNEF) se basa en el cálculo del coste de la energía según el índice de referencia estandarizado LCOE (Levelized Cost of Energy) que representa el coste por MWh que produce cualquier tipo de sistema de generación de electricidad. Tiene en cuenta los costes de desarrollo, construcción y equipamiento, financiación, materias primas, operación y mantenimiento. Se basa en información real de una base de datos de cerca de 7.000 proyectos energéticos situados en 46 países de todo el mundo, con 20 tecnologías diferentes, incluidos los distintos tipos de generación de carbón, gas, nuclear y renovables.
Según explica Elena Giannakopoulou, jefa de economía energética de BNEF, el informe pone de manifiesto que el precio de las baterías de iones de litio se ha reducido un 76% desde 2012, "basándonos en los datos de coste de los proyectos más reciente comparados con los precios históricos de los paquetes de baterías".
El índice LCOE de BloombergNEF muestra la evolución histórica del precio de las baterías y las tecnologías de producción de energía renovable.
La mejora en la rentabilidad se debe sobre todo a la innovación tecnológica, las economías de escala, la rígida competencia de precios y la ampliación de la experiencia en la fabricación. Este descenso en los costes de fabricación no solo permitirá reducir los precios para los compradores de vehículos eléctricos, sino que posibilitará un mayor porcentaje de energías renovables. Su uso en sistemas de generación de energía solar y eólico, que también están aumentando su rentabilidad, permite que comiencen a competir en igualdad de condiciones en muchos mercados sin subsidios con la generación mediante carbón o gas.
Mientras estos últimos cubren las necesidades de energía base, las turbinas de gas de ciclo abierto y los motores alternativos de gas, que se usan para cubrir los picos de demanda, están comenzando a sustituirse por sistemas de baterías con alta capacidad de almacenamiento.
Transición a la energía baja en carbono
En el mismo informe, BNEF calcula una caída del coste de la energía eólica marina de un 24%, teniendo en cuenta los valores de la primera mitad de 2018. Esta tecnología, junto a la de las baterías, que hace dos años estaban todavía en un estado bajo de madurez, se están convirtiendo en el centro de la transición hacia la energía baja en carbono ganando competitividad en sus costes en el último año.
También la energía eólica terrestre y la energía solar fotovoltaica se han abaratado según la referencia LCOE, alcanzando los 50 $/MWh y los 57$/MWh para los proyectos que se están materializando a principios de 2019, un 10% y un 18% menos, respectivamente, que las cifras equivalentes de hace un año.