En más de una ocasión ha quedado demostrado que el coche eléctrico es capaz de derribar cualquier tradición que se ponga por delante. Tras no dejar títere con cabeza en varios continentes, el coche eléctrico presenta ahora la mayor de las herejías para los americanos. Los muscle car son una religión al otro lado del charco. Más que una tradición es un derecho, una forma de vivir la vida. La llegada del Dodge Charger Daytona EV supone un flecha en el corazón para los amantes de la pura potencia americana. Un coche que ya está en el mercado y cuyo precio no animará a dar el salto. Su cambio de mecánica podría abrirle las puertas de mercados que ahora están cerrados, como es el caso de Europa.
Fue hace ya dos años cuando Dodge presentó por primera vez el prototipo de su futuro Charger eléctrico. Ya entonces muchos se echaron las manos a la cabeza. Poco tiempo después la compañía aseguró que la era de sus deportivos de gasolina había llegado a su fin. Charger y Challenger dejaron de ofrecerse al público en aras de una transición total a la movilidad eléctrica. Durante estos dos años han surgido muchos rumores acerca del proyecto, quedando completamente desvelado a principios del pasado mes de marzo. Su imagen se corresponde con la de un Charger, su potencia también, pero su sonido…
Más de 20.000 dólares de diferencia con respecto a las versiones de gasolina
Como si de un moderno cantante de reggaeton se tratase, el Charger Daytona EV emplea un sistema falso de escape que simula el rugido de un viejo motor V8 Hellcat. Decimos simula porque, como hemos podido escuchar hace unos días, tiene cierto toque original, pero se nota que es falso. No es el primer coche eléctrico del mundo que emplea un sistema similar. El Hyundai IONIQ 5 N ya lo usa y en ese caso hay que reconocer que el resultado es bastante sorprendente. La clave es si los ingenieros han sabido ajustar el ruido falso con la conducción. Algo que resultará clave.
Dodge quiere ofrecer una especie de trampantojo eléctrico con tintes de gasolina, algo complicado. De lo que no se pueden quejar los clientes es de la potencia. Hay dos versiones diferentes: el Charger Daytona R/T de 496 caballos y el Charger Daytona Scat Pack que incrementa la cifra hasta los 680 caballos. Entre sus muchas particularidades, el Daytona es el primer modelo del Grupo Stellantis en emplear la plataforma STLA Large, la misma que dentro de poco usarán modelos de Peugeot, Alfa Romeo o DS. El problema en este caso no es la potencia, sino el peso. Su enorme batería de 100,5 kWh de capacidad es de todo menos pequeña.
A pesar de ello Dodge anuncia un tiempo de 0 a 100 km/h en sólo 3,3 segundos y un cuarto de milla en 11,5 segundos (es rápido). Si bien la marca asegura que la autonomía no es la prioridad de su primer muscle car eléctrico, asegura que ofrecerá más de 510 kilómetros para la versión de acceso. Ahora bien, el siguiente problema que surge tiene que ver con el precio. Si bien los datos oficiales todavía no son públicos, fuentes cercanas al proyecto han asegurado que las tarifas oscilarán entre los 68.570 y los 82.170 dólares. Es mucho más de lo que costaba un Charger de gasolina. De hecho, la antigua versión Hellcat de 797 caballos costaba 82.895 dólares.
