La demanda de baterías de iones de litio, especialmente para vehículos eléctricos ha provocado una crisis de precios significativa, con fluctuaciones notables en los últimos cinco años, debido a la alta demanda y el ajuste necesario de la oferta. Sin embargo, ya a mediados de 2023, un informe del gobierno australiano, uno de los principales productores de litio, señalaba que las expectativas indicaban una leve reducción de los precios.
En él se anticipaba una reducción mucho mayor para 2024. Los precios podrían caer casi un 40%, alcanzando un promedio de 2.740 dólares por tonelada para el próximo año y posiblemente 2.149 dólares en 2025, aunque estos valores aún están por encima de los 671 dólares por tonelada registrados en los tres años anteriores a 2021.
Más allá de las expectativas
La reducción del coste de las materias primas de las baterías de iones de litio es una buena noticia para el sector de los vehículos eléctricos. Sus consecuencias alcanzan hasta los consumidores, puesto que puede suponer una bajada en el precio final de ventas de los vehículos, uno de los hándicaps que impiden su popularización.
Los minerales esenciales para la fabricación de baterías, litio, cobalto y níquel, han visto una reducción sin precedentes en sus precios. En particular, el carbonato de litio ha bajado hasta aproximadamente 11.000 dólares por tonelada este año, que representa una disminución de más del 80% desde su máximo en 2022 y 2023, cuando alcanzó los 70.000 dólares en 2023
De acuerdo con las proyecciones de CIC energiGUNE, este descenso podría marcar el comienzo de un cambio fundamental en el precio de las baterías, con consecuencias significativas en la industria.
Los datos de BloombergNEF lo confirman. El coste promedio de los paquetes de baterías ha disminuido a 139 dólares por kWh este año, lo que representa una caída del 14% desde los 161 dólares por kWh en 2022. Es la reducción más significativa desde 2018 que se atribuye principalmente a la bajada de los precios de las materias primas.
El estado del mercado global de materiales
Varios son los motivos, relacionados con la producción, que han provocado esta situación. Australia se enfrenta a un reto tan importante como el cierre de minas y la disminución de la producción. Latinoamérica se muestra fuerte en el mercado por sus menores costes de extracción y una sólida producción de litio, especialmente en países como Chile y Argentina, que se benefician de depósitos salinos más económicos.
África, con el Congo a la cabeza en la producción de cobalto, se dirige hacia métodos de minería más sostenibles y éticos, intentando satisfacer la demanda mundial mientras maneja desafíos logísticos y normativos. Canadá y Rusia mantienen abundantes recursos de níquel y cobalto, buscando diversificar sus mercados y avanzar en tecnologías de extracción para seguir siendo competitivos. Por último, China mantiene su liderazgo en el refino de minerales raros y la producción de litio, ajustándose rápidamente a los cambios del mercado y consolidando su lugar en la cadena de suministro global con inversiones estratégicas.
¿Por qué baja el precio? Buscando la paridad
En China, la fabricación de baterías ha excedido las necesidades mundiales, lo que puede provocar un impacto en los costes y la disponibilidad de modelos. La utilización de las fábricas de baterías ha disminuido, reflejando una producción que no alcanza su máxima capacidad teórica. Esto coincide con la decisión de algunos fabricantes de vehículos de reducir sus metas de producción.
BloombergNEF predice que los precios de las baterías seguirán la tendencia de los precios de las materias primas, proyectando una caída adicional hasta los 133 dólares/kWh este año. Se espera que para el 2027, los precios bajen a menos de 100 dólares/kWh, considerado el umbral para igualar los precios con los vehículos de gasolina.
No obstante, la paridad de precios se presenta como un concepto excesivamente genérico ya que varía mucho según la región y el tipo de vehículo. Por ejemplo, en China, los costes son más bajos, 126 dólares/kWh, en comparación con los de EE.UU. y Europa, que son hasta un 11% y 20% más altos.
La ubicación de la producción de baterías podría afectar los precios a corto plazo. Políticas como el crédito fiscal de producción de 45 dólares/kWh en EE.UU. bajo la Ley de Reducción de la Inflación podrían compensar parte de estos costes, según CIC energiGUNE.