Decía Enzo Ferrari que él vendía motores y el resto del coche lo regalaba. Tal era su veneración por este invento (y también su arrogancia), que no en vano se convirtió en una de las características más apreciadas en los coches de Ferrari. En esa época, nadie hubiera pensado que algún día el presidente de Ferrari abrazaría los motores eléctricos.
Sin embargo, ha acabado sucediendo. El actual presidente y consejero delegado de Ferrari, John Elkann, declaró a varios analistas esta semana que la empresa ve el cambio de tecnología como una oportunidad. Elkann hacía referencia al cambio de los motores de gasolina por los motores eléctricos y las baterías, después de que la Unión Europea aprobase prohibir de facto la venta de coches nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035.
Elkann aprovechó la presentación de resultados de la compañía durante el primer semestre para hablar también sobre la electrificación de la compañía en los próximos y la nueva regulación europea mencionada anteriormente, una regulación que considera «bienvenida». La compañía del cavallino rampante ha conseguido vender 5.456 coches en la primera mitad del año, con unos beneficios netos de 412 millones de euros.
Según el directivo italo-americano, nieto de Gianni Agnelli, «la oportunidad que nos brindan la electrificación (...) y otras tecnologías que están llegando nos permitirán hacer productos aún más diferenciados y únicos». Recordemos que el lanzamiento del primer Ferrari eléctrico de la historia está previsto para el año 2025; por el momento desconocemos más detalles sobre este modelo.
Una de las personas que tendrá capitanear la transición hacia lo eléctrico será Benedetto Vigna, que a partir del próximo 1 de septiembre tomará el timón como nuevo CEO de la compañía italiana. Entre las tareas de Vigna estará buscar y forjar nuevas asociaciones estratégicas en todo lo relacionado con electrificación, desde baterías de última generación hasta motores eléctricos. Para suministrar los motores eléctricos de sus coches híbridos, Ferrari tiene actualmente un acuerdo con Yasa, que ha sido adquirida recientemente por Daimler.
Uno de los retos de Ferrari en la transición hacia modelos eléctricos será mantener los márgenes de beneficio, uno de los más altos de la industria automovilística en la actualidad, al tiempo que invierte en tecnología de electrificación. También tendrá trabajo para convencer de la alternativa eléctrica a muchos de sus clientes, que buscan en su Ferrari la espectacularidad de su sonido -entre otras cosas-. Ahora bien, la electrificación total en Ferrari seguramente se demore unos años más allá de 2035: actualmente casi la mitad de sus ventas (48,7%) corresponden a América y Asia-Pacífico, regiones más laxas en lo que a vehículos de combustión y normativas anti contaminación se refiere.