Sin dar más detalles y sin ofrecer apenas información, Ola Källenius, CEO de Mercedes-AMG, ha revelado que la marca de altas prestaciones de Mercedes-Benz ya ha comenzado a trabajar en sus primeros modelos electrificados, que contarán con tecnologías híbridas enchufables, y también en el primero de sus modelos completamente eléctricos. La firma alemana asegura que en su ADN está, por encima de todo, la satisfacción de sus clientes independientemente de qué sistema de tracción monte el coche que desea.
Desde 1967, Mercedes-AMG ha trabajado sobre los coches de serie del fabricante alemán para aumentar sus prestaciones y ofrecer una experiencia única de conducción a sus clientes. Por esta razón, "estamos comenzando a trabajar no solo en AMG electrificados, sino también en nuestros primeros AMG totalmente eléctricos" ha declarado Källenius a la revista Autocar. AMG modifica tanto el chasis como las suspensiones y es tan minucioso en su trabajo que cada uno de sus motores, fabricados a mano, incluyen la firma de la persona que lo ha ensamblado.
"Tenemos que llegar al punto en el que los medios de propulsión no se consideren lo más importante, porque para AMG lo fundamental es la experiencia de los clientes", ha añadido Källenius. Precisamente, en el Salón del Automóvil de Frankfurt de este año, Mercedes-Benz ha presentado el Mercedes EQS, el próximo integrante de la familia EQ, una berlina eléctrica de gran tamaño, que llegará al mercado en 2021 y que podría ser la base que utilice AMG para crear su primer coche de alto rendimiento totalmente eléctrico.
Mercedes-Benz EQS Concept.
En 2013, Mercedes AMG lanzó al mercado sus primer modelo totalmente eléctrico. El Mercedes-Benz SLS Electric Drive fue en su día el vehículo de producción más rápido del mundo, una variante de su hermano de combustión, famoso por sus puertas en forma de "alas de gaviota". Alcanzaba los 100 km/h en 3,9 segundos y era capaz de llegar hasta los 250 km/h. Contaba con cuatro motores eléctricos independientes, uno para cada rueda, que le proporcionan una potencia combinada de 750 CV. Esta característica, unida al sistema de vectorización de par, ofrecía un nivel de tracción que le otorgaba una gran agilidad gracias a la tracción permanente a las cuatro ruedas. Se alimentaban de una batería de 60 kWh de capacidad, suministrada por la división de motores de alto rendimiento de Mercedes-Benz en Brixworth ,
Sin embargo su limitada autonomía, 260 kilómetros homologados en aquella época, reducía a unos cortos espacios de tiempo el placer de conducción que era capaz de proporcionar. Aunque las cifras nunca se publicaron oficialmente, se cree que tan solo se vendieron 100 unidades de este modelo, cada una de ellas por 450.000 euros.
