Akio Toyoda anunció que abandonaría el cargo de director ejecutivo de Toyota en abril, dejando al actual jefe de Lexus, Koji Sato, al mando de las operaciones. El fabricante japonés se ha quedado rezagado en la oferta de vehículos 100% eléctricos, una deficiencia que comparte con otros fabricantes de su país, cuya manera de enfocar las tendencias de la industria hace que las decisiones necesiten más tiempo de procesamiento que en Occidente.
Con el cambio en la dirección, las expectativas están puestas ahora sobre el fabricante japonés y su nueva estrategia para acelerar la decisión de su inevitable salto a la electrificación total. Koji Sato todavía no ha aclarado sus intenciones, pero se comprometió a convertir a Toyota en una "compañía de movilidad" de pleno derecho.
Nueva plataforma
Hasta ahora, se suponía que Toyota emplearía la plataforma e-TNGA del bZ4X para los otros vehículos eléctricos que presentó en diciembre. Sin embargo, el cambio de rumbo parece haber surtido efecto más rápido de lo esperado en un fabricante japonés y ya se está desarrollando la sucesora.
La e-TNGA deriva de una arquitectura de combustión y, por lo tanto, utiliza piezas que no son necesarias para los vehículos eléctricos. Esto aumenta los costes de fabricación, lo que dificulta la competencia con otros fabricantes que han desarrollado plataformas específicas y dedicadas.
Según el periódico japonés The Asahi Shimbun, la nueva plataforma de Toyota adoptará la forma típica de patineta, que ha demostrado ser la mejor configuración para la producción masiva de vehículos eléctricos. No hay muchos detalles sobre la nueva arquitectura, pero según los medios japoneses, Toyota no espera tener un coche eléctrico basada en ella antes de 2027.
Planes actuales
La famosa tecnología híbrida de Toyota ha logrado un impacto positivo en la reducción de emisiones, pero con ella nunca logrará reducirlas a cero a nivel local. Ante la exigencia de las nuevas normativas, cada vez más estrictas, esta mecánica, basada en un motor de combustión interna con un pequeño apoyo eléctrico, no será suficiente. Antes de echarse a un lado, Toyoda abrió la puerta a opciones como los combustibles sintéticos o el hidrógeno. Las alternativas de propulsión serán protagonistas en los próximos años y Toyota parece no querer perder el tren en ninguna de ellas.
Hace un año, Toyota anunció una inversión de 35.000 millones de dólares hasta 2030 para lanzar 30 modelos 100% eléctricos, además de transformar Lexus en una marca exclusivamente eléctrica. Estima una capacidad de producción de 3,5 millones de unidades basadas en la plataforma eléctrica e-TNGA. Actualmente, construye el bZ4X en su fábrica de Motomachi en Toyota. La capacidad de producción aumentará con la instalación de una nueva línea de ensamblaje dedicada en su fábrica de Takaoka.
Se espera que el nuevo CEO acelerará este programa: la competencia apremia y los tiempos, inevitablemente, se están acortando. Toyota puede mantenerse como el fabricante de automóviles número uno en 2022, pero está obligado a dar un cambio radical para poder seguir compitiendo durante la próxima década y corre el riesgo de tomar las decisiones demasiado tarde.