El BYD Seal se ha considerado desde su presentación como un rival claro del Tesla Model 3. Pero, para cumplir con estas expectativas, necesita mostrar que es capaz de hacer lo mismo que el coche eléctrico americano por menos dinero. Esto es lo que han querido comprobar los primeros periodistas que han dispuesto de una unidad de prueba en China. Las primeras impresiones muestras que cumplirá con lo prometido.
La berlina eléctrica de BYD es, posiblemente, el modelo más importante de la corta historia del fabricante chino. Esta empresa, que inició su andadura en 2003, se ha convertido en una potencia a nivel local en la producción de vehículos eléctricos. El mes pasado lideró las listas de ventas del mercado más importante del mundo, el chino, superando al resto de sus competidores.
Expansión internacional
Pero BYD no se conforma con esto. Actualmente se encuentra en plena expansión internacional. Una estrategia que le ha llevado a presentar planes para comercializar sus modelos en varios países europeos. Más adelante, también tiene la intención de llegar a mercados como los de América Latina, el Caribe, Medio Oriente, Asia y Oceanía.
Pero, por el momento, es el europeo el que centra su atención. Hasta ahora, sus productos han llegado al Viejo Continente de forma residual, a través de pequeños importadores. Hace unos meses, BYD anunciaba su llegada de forma oficial. Los nuevos planes contemplan su presencia en muchos mercados con tres modelos: BYD Han, BYD Tang y BYD Atto 3, a los que se une el BYD Seal, una berlina de tamaño medio (4,7 metros) que es la llave con la que quiere abrir la puerta de entrada.
Así lo han ratificado los primeros periodistas que lo han probado durante un evento reciente organizado por la compañía en Shenzhen, China. Son varias los argumentos que llevan a esta opinión positiva, pero es sobre todo el conjunto completo lo que avala este veredicto.
Un coche eléctrico pensado para Europa
BYD ha creado un automóvil del tamaño correcto para los gustos europeos con un diseño atractivo tanto en el exterior como en el interior. Elliott Richards de Fully Charged, que afirma que será un "gran éxito" en Europa y Ethan Robertson de Wheelsboy lo califica como el "nuevo punto de referencia". Según el criterio de estos primeros probadores, el habitáculo ofrece una buena calidad percibida y está bien ensamblado. La cabina acoge con comodidad a sus pasajeros, tanto a los que se sientan delante como a los que lo hacen detrás.
A nivel mecánico, el Seal ofrece distintas combinaciones de potencia y autonomía. Gracias a un esquema de motor dual, es capaz de alcanzar una potencia máxima de 389 kW (522 CV). Sin embargo, las pruebas se realizaron con la versión BYD Seal Long Range, de tracción trasera y 230 kW (308 CV), con una batería LFP estructural de 82,5 kWh de capacidad. Con ella, la homologación en el ciclo CLTC chino (similar al obsoleto NEDC europeo) es de 700 kilómetros de autonomía, que en la vida real son unos 480 kilómetros.
Si bien estas pruebas no permiten conocer el coche al detalle, las primeras impresiones sobre su comportamiento en carretera han sido muy positivas. Un chasis muy bien ajustado, ágil y sensible a las instrucciones del conductor indica que BYD se ha centrado en los gustos de los conductores europeos. El Seal está construido sobre la última evolución de la plataforma eléctrica de la compañía, que funciona a 800 voltios y ofrece funciones como el iTAC (Sistema de control de par inteligente) y alcanza un nivel 2 de conducción autónoma con las ayudas a la conducción.
Por último, al diseño, los acabados, la tecnología y el comportamiento hay que añadir el argumento del precio, que suele ser el más ventajoso en el caso de los fabricantes chinos. Por el momento la compañía no se ha pronunciado al respecto para los mercados europeos, pero si se toma como referencia el que tiene en el mercado de china, la versión de entrada estaría por debajo de los 30.000 euros. De confirmarse esta cifra, el BYD podría suponer una auténtica revolución en Europa.