Volvo se va a convertir en una marca exclusivamente eléctrica a partir del año 2030. Solamente venderá coches eléctricos a partir de ese año, razón por la cual el fabricante sueco tiene objetivos ambiciosos al respecto. Entre ellos, dos se centran en las mayores preocupaciones de sus clientes: la autonomía y los tiempos de recarga.
Volvo tiene claro que esos dos factores son cruciales a la hora de comprar un coche eléctrico, así como de la experiencia de usuario posterior. Por eso el fabricante sueco quiere centrar la mejora de la tecnología en estos dos aspectos, para lo cual apostará por el desarrollo interno de las baterías y otros componentes principales.
La hoja de ruta para la electrificación de Volvo está centrada en diseñar, desarrollar y producir internamente las baterías, junto a socios estratégicos como Northvolt, además de los motores eléctricos y el software. El objetivo es conseguir la mayor sinergia y eficiencia posibles a lo largo de toda la cadena de suministro.
Propulsor eléctrico de Volvo.
Volvo se ha propuesto reducir en un 50 % los tiempos de recarga de sus coches eléctricos para mediados de esta década gracias a la mejora en la tecnología de las celdas, los avances en el software y en el resto de tecnología relacionada con la carga rápida. Si tomamos como referencia el actual Volvo C40 Recharge, que puede cargar del 10 al 80 % en 33 minutos usando la carga rápida a 150 kW, estaríamos hablando de que, para el año 2025, los eléctricos de Volvo aspiran a realizar una recarga similar en apenas 15 minutos. Prácticamente lo que podemos tardar en pedir y tomarnos un café en un área de servicio.
La primera evolución en la tecnología de baterías la veremos en la siguiente generación de eléctricos de Volvo, que comenzará el año que viene con el sucesor del Volvo XC90, del que ya han confirmado que será un SUV eléctrico puro. El siguiente paso vendrá con la tercera generación de eléctricos, y más concretamente con el próximo Volvo XC60 eléctrico, previsto para mediados de esta década, que será el primer modelo de la marca que utilizará una batería estructural con las celdas de Northvolt.
El Volvo Concept Recharge anticipa las futuras generaciones de eléctricos de Volvo.
La otra gran mejora tiene que ver con la autonomía. A corto plazo, Volvo Cars tiene previsto trabajar con la empresa de baterías Northvolt para incrementar la densidad energética de sus celdas hasta en un 50 % en comparación con las que existen en el mercado actualmente. Más adelante en esta década, Volvo Cars pretende superar los 1000Wh/l de densidad volumétrica (no especifica si en las celdas o el paquete en su conjunto) para alcanzar los 1000 kilómetros de autonomía real en un turismo eléctrico convencional.
Todo lo anterior irá emparejado con una paulatina reducción del impacto medioambiental también en la producción de las baterías. Las celdas de batería fruto de la colaboración entre Volvo Cars y Northvolt se van a fabricar utilizando un 100 % de energía renovable, y se está trabajando con otros proveedores de baterías para conseguir lo mismo de aquí a 2025. Para aprovechar mejor las materias primas, siempre que sea posible, Volvo tiene previsto reconstruir o reutilizar las baterías, además de investigar posibles aplicaciones de segunda vida como el almacenamiento de energía.