Aunque las ventas de coches eléctricos muestran un paulatino crecimiento mes a mes, lo cierto es que los resultados no son todo lo bueno que quisieran tanto los fabricantes como las administraciones. El mercado quiere coches eléctricos, pero por diversos motivos no acaban de explotar comercialmente. Volkswagen tiene claro cuál es el causante principal que está retrasando la agenda de electrificación del continente: los elevados precios de la energía. Así lo ha comentado Thomas Schmall, director ejecutivo de la división de componentes del Grupo Volkswagen.
Está claro que el año 2022 no ha sido el más próspero en lo que a ventas eléctricas se refiere. La industria del automóvil ha hecho un gran esfuerzo en estos 12 meses. La oferta comercial se ha ampliado, y el volumen de producción ha crecido considerablemente en todas las fábricas, pero las cifras siguen sin cuadrar. Volkswagen y Mercedes son las dos marcas europeas que más han apostado por el coche eléctrico, pero esa apuesta no se está viendo recompensada.
En los últimos 12 meses Europa se ha enfrentado a numerosos problemas dentro de sus fronteras. Con los últimos coletazos provocados por la crisis de la COVID-19 a principios de año, el conflicto bélico en Europa del Este ha terminado por destrozar las estimaciones de las marcas con respecto al año 2022. La guerra de Ucrania ha disparado los costes de las materias primas, pero principalmente los de la energía. En Volkswagen consideran que este ha sido el gran causante de que las ventas no hayan llegado a los límites esperados.
Los precios de los eléctricos siguen disparados, aunque ese problema también lo podemos asociar con cualquier producto tecnológico o comercial. A los ya altos precios de partida que tenían los coches eléctricos antes de la etapa de inflación, hay que subar las subidas de estos últimos meses, en algunos casos con incrementos cercanos al 20%. La inestabilidad de los mercados y el miedo a una recesión de la zona euro ha limitado la respuesta de los clientes. La inversión de un coche eléctrico es considerable y muchos conductores prefieren quedarse en un escalón intermedio de electrificación. Los híbridos sí que han batido récords de ventas, sobre todo en el mercado español.
A las marcas les sale muy caro producir un vehículo eléctrico. No sólo el precio de la energía influye en la ecuación, también hay que sumar otros factores como el coste de las materias primas, los problemas en la cadena de suministros y la dependencia de países terceros. Por ese motivo, Thomas Schmall ha detallado que Volkswagen está experimentando con químicas de batería alternativas que buscan reducir las facturas. La batería de un coche eléctrico representa casi la mitad del valor de este y reducir el precio resulta clave para conseguir que la cuota de mercado crezca.
Esta misma semana hemos podido saber que el precio de las baterías ha vuelto a subir por primera vez desde el 2010. Tras más de una década encadenando bajadas en el coste del kWh, el 2022 es el primer año en el que el precio ha ascendido con respecto al curso anterior. La frontera de los 100 dólares por kWh de batería se aleja irremediablemente por problemas ajenos. China controla el mercado mundial de baterías para vehículos eléctricos, no sólo la producción sino también la extracción y el refinamiento de las materias primas necesarias. Europa necesita fabricar sus propios componentes, pero no resulta ni fácil ni rentable actualmente.