Tesla ha sido la avanzadilla de la industria automovilística con el coche eléctrico, siendo los primeros en fabricar exclusivamente un gran número de este tipo de coches. Los años de experiencia acumulada le están sirviendo para ir por delante de la competencia en muchos aspectos, incluidos los menos positivos... Y es que los Tesla más antiguos, aquellos con más de 4 años de antigüedad, se enfrentan a un problema en su memoria flash que puede dejarlos inutilizados hasta el punto de no poder recargar su batería.
La memoria flash y un exceso de información tienen la culpa
Este problema lleva ya unos meses circulando en foros y redes sociales, donde los propietarios suelen ser muy activos, aunque recientemente ha cobrado aún más protagonismo tras el tweet de Jason Hughes, un especialista en la materia, que citaba directamente a Elon Musk. En el mensaje aseguraba que en el último mes ha reparado una docena de Teslas por un problema en su memoria eMMC, algo que estaba «matando» a un gran porcentaje de estos coches y pedía a Musk que los ingenieros de la compañía hagan algo por solucionarlo.
Más concretamente, el problema reside en una excesiva carga de trabajo sobre la eMMC que provoca un desgaste prematuro, haciendo que acabe muriendo demasiado pronto. Como tantos otros dispositivos, este componente tiene una vida útil finita, la cual depende en gran parte de la información que se escriba en ella. Y, al parecer, Tesla habría diseñado sus coches de forma que escriben toneladas de información innecesaria en esta memoria. Esto ocurre, entre otras cosas, por la gran cantidad de información que recaba Tesla sobre cada uno de sus vehículos con el objetivo, por ejemplo, de seguir mejorando el Autopilot o diagnosticar fallos.
Según Hughes, «la memoria flash generalmente solo está diseñada para unas decenas de miles de ciclos de escritura, y la memoria flash comienza a fallar cuando las escrituras ya no pueden completarse. Cuando falla un bloque de información, partes del firmware también pueden volverse ilegibles, lo que lleva a un mal funcionamiento o fallo completo de la MCU».
La consecuencia de una eMMC quemada es que, de un día para otro, la pantalla del coche puede quedarse completamente en negro. Y esto, en un Tesla, significa no poder utilizar el climatizador, la regulación de los asientos ni el navegador... Y no poder recargar el coche. El coche, eso sí, puede seguir funcionando mientras tenga energía en su batería.
¿Qué es la eMMC y para qué sirve?
El eMMC es un chip de almacenamiento flash que está soldado en el cerebro principal del coche, su placa base, llamada MCUv1. El almacenamiento flash es un tipo de memoria que se puede borrar y reprogramar constantemente para ayudar al MCUv1 a realizar tareas de manera más rápida y eficiente.
Sin embargo, según Hughes «no hay absolutamente ninguna razón para registrar cientos de megabytes al día en una pequeña memoria flash». En cualquier caso, si tienes un Tesla tendrás que reemplazar la memoria eMMC antes o después.
¿Cuánto cuesta la reparación?
Al estar integrado en la placa base mediante soldadura, en caso de fallar el eMMC hay que cambiar la MCU al completo. Según fuentes de Inside EVs, una MCU nueva cuesta unos 1.800 dólares, aunque en Europa algunos propietarios hablan de una reparación que se mueve en los 3.000 euros. Llegado el momento, algunos clientes han optado por reprogramar el sistema para que el coche escriba cierta información en la memoria RAM en vez de en la eMMC (a costa de perder fluidez).
Otro cliente afectado apuntaba en el foro oficial de Tesla, el pasado mes de abril, que en su caso había tenido que abonar la mitad del coste de la reparación a pesar de que coche estaba aún en garantía, con solo 3 años y 63.000 kilómetros (un Tesla Model S de 2016).
Algunos clientes piden una llamada a revisión
Si bien los expertos y clientes están apuntando a la versión MCUv1, el problema de este registro de datos excesivo podría afectar también a los MCUv2 más recientes. No obstante, el MCUv2 emplea chips de mayor tamaño y una arquitectura diferente, lo cual podría retrasar el problema en cuestión.
En cualquier caso, que un componente del cual dependen la mayoría de funcionalidades del coche pueda fallar en solo 3 o 4 años supone un verdadero dolor de cabeza para los propietarios (o potenciales propietarios). Algo que hay que tener especialmente en cuenta si el coche ha dejado de estar en garantía, aunque incluso con ella vigente puede costarte dinero. Es por eso que algunos propietarios han iniciado una petición para que Tesla tome cartas en el asunto con una suerte de llamada a revisión.