Bjørn Nyland se ha convertido en una referencia dentro del mundo eléctrico en Europa. Sus test y ensayos se han convertido en una referencia dentro de la industria, sirviendo como referente para comparativas de rendimiento y autonomías entre modelos. El último en pasar por sus manos ha sido el Renault Mégane E-TECH. El compacto eléctrico es la nueva punta de lanza de la electrificación gala. Sus ventas crecen cada día, aunque en las pruebas de Nyland queda patente que hay muchas luces y alguna que otra sombra sobre él.
El experto realiza varias pruebas con cada unidad que le llega al garaje. El Mégane E-TECH se ofrece en varias configuraciones posibles, dos niveles de batería: 40 y 60 kWh de capacidad neta (datos oficiales). Hay dos motorizaciones disponibles, con potencias entre los 131 y los 218 caballos y consumos homologados entre los 15,5 y los 16,1 kWh cada 100 kilómetros recorridos. Según la ficha técnica, la autonomía del Mégane E-TECH es de 470 kilómetros en el mejor de los casos. Un dato que ha sido analizado al detalle por Bjørn Nyland.
A bordo de una unidad con batería de 60 kWh de capacidad, la primera prueba ha consistido en saber cuál es la autonomía en condiciones reales, a una temperatura media de 13 grados centígrados y con neumáticos Nokian R3 para llantas de 20 pulgadas. Teniendo esto en cuenta, el consumo del Mégane E-TECH a 90 kilómetros por hora se mantuvo en los 14,7 kWh a los 100 kilómetros, por lo que se puede estimar una autonomía de 371 kilómetros. A una velocidad de 120 km/h el consumo creció hasta los 19,9 kWh, lo que implica que la autonomía real cae hasta los 274 kilómetros.
Aunque las cifras se alejan de lo homologado, se puede decir claramente que son datos positivos, mejores que las de un Volkswagen ID.3 con batería de 62 kWh. En semejantes estándares, el alemán se mostró más glotón que el francés, aunque con una diferencia mínima. En cuanto a la prueba de los 1.000 kilómetros, las sensaciones no han sido tan positivas. Teniendo en cuenta la referencia con el ID.3, el Mégane E-TECH ha perdido toda ventaja obtenida por culpa de una recarga no demasiado rápida.
En la ya conocida prueba de los 1.000 kilómetros de Bjørn Nyland, el Renault Mégane E-TECH ha tardado 11 horas y 15 minutos en hacer el recorrido, media hora más que un Volkswagen ID.3. Con un total de seis paradas (la media está entre las 5 y las 6 recargas), el modelo francés ha sucumbido por un consumo elevado, con una media de 24,3 kWh a los 100 kilómetros, y por una carga rápida bastante mejorable. La distancia media entre las paradas ha sido de 143 kilómetros, con una velocidad media total de 88,9 km/h.