A prueba las baterías de azufre y grafeno: la esperanza de los coches eléctricos baratos y sostenibles

Stellantis ha recibido las primeras unidades de las baterías de litio azufre de Lyten que probará para analizar sus posibles beneficios: disminución de la emisión de carbono, menor peso y costos asequibles.

Stellantis probará las celdas tipo bolsa desarrolladas por Lyten.
Stellantis probará las celdas tipo bolsa desarrolladas por Lyten.
19/05/2024 11:06
Actualizado a 19/05/2024 11:07

Hace doce meses, Stellantis Ventures, el fondo de inversión de capital riesgo del grupo automovilístico, realizó una inversión en Lyten, una empresa con sede en California que se especializa en el desarrollo de un material llamado Lyten 3D Graphene, obtenido a partir de grafeno tridimensional. Este material tiene diversas aplicaciones, entre las que destacan las baterías de litio-azufre conocidas como LytCell, que tienen el potencial de duplicar la autonomía de los vehículos eléctricos.

Un año después, esta inversión comienza a dar resultados. Stellantis, propietario de marcas como Peugeot, Citroën, Opel, Fiat o Jeep ha recibido las primeras muestras de estas celdas, lo que le permitirá a evaluar más a fondo las ventajas y desventajas de esta nueva tecnología, que en teoría es muy prometedora, pero que todavía no está lista para ser utilizada a gran escala.

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Las baterías NCM y LFP actuales presentan muchos inconvenientes.

Primeras pruebas de una tecnología muy prometedora

Según afirma Lyten, el grafeno tridimensional representa una reducción significativa en las emisiones de gases de efecto invernadero, al mismo tiempo que impulsa la movilidad sostenible. Se produce a partir de metano (CH4), es altamente conductivo, tiene capacidad de reacción con más de 30 elementos de la tabla periódica, es impermeable, se puede ajustar a diversas propiedades, extremadamente resistente y ligero.

Entre las aplicaciones de este material se encuentran las baterías de litio-azufre Lytcell que ofrecen el doble de densidad energética que las baterías de níquel-cobalto-manganeso (NCM) que se utilizan actualmente. Con ellas, sería posible reducir significativamente el peso de los vehículos eléctricos sin comprometer su autonomía. Prescinden de níquel, cobalto y manganeso y presentan una huella de carbono hasta un 65% inferior a las baterías de iones de litio convencionales.

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Entre otras ventajas, las baterías Li-S reducirán el precio de los coches eléctricos.

Carlos Tavares, CEO de Stellantis ya corroboró hace tiempo a la agencia Reuters su certeza de que “durante la próxima década podremos reducir el peso de la batería a la mitad". Esta reducción no solo mejoraría el comportamiento en carretera, el rendimiento o el consumo eléctrico, también reduciría a la mitad la cantidad de materia prima utilizada por las baterías.

Como beneficio adicional, permitiría "una cadena de suministro basada enteramente en Estados Unidos o Europa", un activo crucial en un momento en el que la dependencia de China. En cuanto al precio, las baterías de litio-azufre serían competitivas con las baterías de litio ferrofosfato (LFP), la química más económica utilizada actualmente en la industria del automóvil.

No solo Stellantis

En teoría, esta nueva química tiene todos los elementos para ser competitiva y disruptiva en el mercado. Además de a Stellantis, Lyten ha enviado celdas a "otros grandes fabricantes de automóviles estadounidenses y europeos", aunque no ha mencionado sus nombres.

Si bien estas primeras muestras son en formato bolsa, dentro de un año estarán disponibles en formato cilíndrico. Sin embargo, entre estas primeras evaluaciones y la futura industrialización, pasarán varios años. Esto es especialmente necesario para garantizar que la vida útil de estas baterías de litio-azufre sea compatible con un uso generalizado en automóviles.

Stellantis invierte en la innovadora tecnología de baterías de litio-azufre para vehículos eléctricos de Lyten.
Dentro de un año Lyten producirá sus celdas Li-S en formato cilíndrico.

El hándicap que hasta ahora tiene esta tecnología es que ha experimentado una degradación demasiado rápida después de solo 200 ciclos de carga/descarga, lo cual es considerablemente inferior a la de otras químicas que pueden soportar al menos 1.000 ciclos. Se trata de una limitación muy importante que es necesario superar para que sus ventajas económicas y medioambientales se conviertan en realidad.

Sobre la firma
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Gonzalo García

Redactor y probador especializado en vehículos eléctricos y movilidad sostenible. Escribe en Híbridos y Eléctricos desde 2017. Es ingeniero de Caminos por la Universidad Politécnica de Madrid y Técnico especialista en vehículos híbridos y eléctricos por la SEAS. Ha trabajado en medios como Movilidad Eléctrica y Km77.