Después de haber probado la moto eléctrica más llamativa de la gama de Super Soco en España, la TC Max, toca poner a prueba a su hermana más práctica. Se trata de la Super Soco CPx, un scooter eléctrico que tanto por apariencia como por aptitudes pretende ser la alternativa eléctrica a scooters de gasolina equivalentes a 125.
Ha sido durante una semana el tiempo que hemos tenido a nuestra disposición a la CPX, y las conclusiones han sido realmente mejores de las esperadas. En términos generales estamos ante un scooter eléctrico de corte cómodo que aún con un sólo paquete de baterías y portando usualmente a dos personas sobre su asiento ha podido, de sobra, cubrir nuestras necesidades.
No obstante profundicemos un poco más acerca de cómo ha sido nuestra semana con la CPX e intentemos averiguar si este scooter eléctrico vale lo que cuesta, y sobre todo si merece la pena comparado con sus rivales más directos, entre los que destacan dos modelos que prometen poner las cosas bien complicadas al scooter eléctrico chino.
¿Qué tipo de scooter eléctrico es la Super Soco CPX?
Antes de nada hemos de recalcar una cuestión. Super Soco es la división de scooters eléctricos del fabricante Vmoto, y sí es chino, pero con productos como este tenemos que dejar a un lado el complejo o la idea de que el producto chino es un producto de baja calidad. La prueba de ello es la moto eléctrica que, por ejemplo, protagoniza estas líneas.
Super Soco CPX.
Tratando sobre la CPX en concreto, y desde el primer momento en el que nos montamos sobre ella, nos damos cuenta de que goza de calidades y ajustes a la altura del grueso de motocicletas más corrientes a la venta en estos momentos, ya sean de gasolina o eléctricas. Los materiales se muestran bien acabados y no presentan holguras ni crujidos, dentro de lo esperado en un scooter de este precio.
En España la Super Soco CPX tiene un precio que parte desde 3.995 euros y gracias a sus 4 kW de potencia es posible optar al Plan Moves III y sus 1.100 euros de descuento, ampliable a 1.300 si se entrega una moto a cambio para su achatarramiento. Las baterías están fabricadas por ATL, y de serie cuenta con un módulo de 2,7 kWh de capacidad, y de manera opcional se puede equipar un segundo que la eleva a 5,4 kWh de capacidad y con la que se puede llegar a recorrer, teóricamente, hasta 140 kilómetros con una carga completa.
A grandes rasgos, son dos los rivales más serios que por concepto la Super Soco CPX tiene en el mercado español, y en ambos casos se plantea como una alternativa que es mucho más asequible. El primero de estos rivales es la española Silence S02 HS, ambos tienen en común que gozan de un diseño eminentemente funcional y ergonómico, pues no caen en ofrecer estridencias ni elementos superfluos.
No obstante la S02 es sustancialmente más cara que la CPX, pue su precio arranca en 4.900 euros sin la posibilidad de prescindir de la mitad de la batería para abaratar su precio como sí hace la Super Soco. Este sobreprecio conforme a la CPX, no obstante, queda justificado por un motor eléctrico mucho más potente, pues rinde el doble de potencia con sus 8 kW de potencia nominal y 9 kW de potencia pico, y un baúl con capacidad para dos cascos integrales que viene de serie.
Super Soco CPX.
El otro rival de la CPX es la Ebroh Strada, aunque por concepto esta se aproxima mucho más a lo que es un maxiscooter tradicional. Es ligeramente más potente (5 kW) pero es sustancialmente más cara, pues parte de 6.200 euros.
Volviendo a la Super Soco CPX, en la vertiente estética las proporciones con las que nos encontramos la delatan como un scooter tradicional. Un asiento largo y amplio dividido en dos secciones con una misma altura, un carenado alto que cubre al piloto de las inclemencias aerodinámicas y un piso plano. Es de recibo catalogarlo, casi, como un scooter de rueda alta, pues su delgado neumático delantero envuelve una llanta de 16 pulgadas que domina la experiencia de pilotaje.
Bajo su asiento encontramos un compartimento donde se aloja la batería en lugar de un hueco para dejar el casco, aunque en caso de optar por la variante con un único módulo de baterías dispondremos de un pequeño hueco para depositar objetos. Por ejemplo, en nuestro caso cupo a la perfección la funda de la cámara réflex y una chaqueta no demasiado gruesa. Lo ideal es optar por un cofre como el que nos cedió Amper Bikes, un Shad de 41 litros de capacidad con capacidad para dos cascos integrales.
Super Soco CPX.
La unidad de prensa que la división de Super Soco en España puso a nuestra predisposición contaba con un único módulo de baterías, lo que nos vale para averiguar la autonomía mínima en el peor de los casos. Super Soco anunció, cuando la CPX fue presentada, una autonomía con una carga completa de 90 kilómetros que se reducen a 72 homologados.
Al igual que con la Ártica y la TC Max, la CPX se ha visto sometida a nuestra prueba de autonomía, y el resultado ha sido muy cercano a la autonomía homologada, aunque los detalles del consumo los revelaremos en el pertinente artículo dedicado a aveguar la autonomía de la misma.
Así se desenvuelve la Super Soco CPX entre el tráfico
Nos pusimos a los mandos de la CPX justo después de devolver la TC Max que pusimos a prueba durante la semana anterior, y el cambio en términos de comodidad fue notable. Bien es cierto que no son modelos comparables, pero cabe mencionar que después del estilizado asiento de la TC Max, el sillón de la CPX se antoja casi como un sofá.
Al llevar la Super Soco CPX en ciudad nos sentimos a gusto, y gran parte de esta sensación viene dada por la relación entre la altura del asiento sobre el piso y el tamaño del manillar, que es ancho y ayuda a que el piloto adopte una postura relajada, y aunque no disponga de una superficie dedicada a ello, sí que podremos estirar levemente nuestras piernas al colocar nuestros pues tras el carenado.
Es cómodo, y una vez sobre él y pilotando el scooter eléctrico gozamos de una vista dominante del tráfico. Antes de entrar a describir la dinámica, tal vez sólo debamos apuntar a uno de los dos únicos aspectos que no nos ha terminado de convencer sobre la CPX. Hablamos de la cúpula que nos protege del viento, pues a pesar de que nos cubre a la perfección la parte superior del cuerpo, aquellos que como yo, midan menos de 1,70 metros y tengan que contemplar la carretera a través de ella, verán difuminada su visión.
Estirándome ligeramente conseguía ver la vía por encima de la cúpula y ponía fin al problema, por lo que el público que supere mi talla no verá aquí una falta como sí le pasó a un servidor. Cosas de gente no alta, supongo. El otro aspecto es el mando de sus intermitentes, que tras accionarlo no retrocede automáticamente al centro de la piña para apagarlo pulsándolo, y debemos volver a colocarlo nosotros mismos
Super Soco CPX.
La CPX, a pesar de lo que pueda parecer por su tamaño, no es un scooter especialmente pesado lo que ayuda enormemente a desenvolverse de manera plena y convincente entre el tráfico, pues la tara total del conjunto se sitúa en los 105 kilos. Su envergadura y el buen rodar que aporta su filosofía de rueda alta también dan estabilidad y confianza a la hora de afrontar breves incursiones en vías rápidas, donde la CPX se siente como pez en el agua.
Es por esto, precisamente, por lo que en el titular de esta prueba ya sentenciamos que la CPX tiene complejo de maxiscooter, pues afronta de manera cómoda este tipo de vías, pero a fin de cuentas por potencia y prestaciones estamos ante un scooter eléctrico de corte urbano.
Super Soco anuncia una velocidad máxima de 90 kilómetros por hora, pero en nuestro caso siempre que entramos en autovía alcanzaba los 99 kilómetros por hora de marcador, viendo el centenar en alguna que otra ocasión.
Un aspecto llamativo acerca de la entrega de potencia es que a pesar de que sobre el papel es ligeramente más potente que la TC Max, en la práctica, por la tranquilidad con la que la acelera parece que sea al revés. Es igual de potente a efectos prácticos, pero es mucho menos impetuosa a la hora de entregar los 5,36 CV de su motor eléctrico que otros scooters eléctricos, aunque la solvencia con la que acelera desde parado y alcanza su velocidad máxima nos llevan a concluir que se trata de una mera sensación por cómo está configurada su entrega de potencia.
Super Soco CPX.
Un aspecto que nos gustó especialmente sobre la Super Soco CPX en comparación con otras motocicletas eléctricas que hemos probado es cómo solventa los cambios de apoyo a velocidades medias, ya que inspira una confianza relativamente alta (para tratarse de un scooter eléctrico de corte económico) al cambiar la trayectoria mientras que pasamos de estar inclinados de un lado hacia el otro. Parte de la culpa de esto último la tiene, a buen seguro, su faceta de scooter de rueda alta.
Conclusiones
En definitiva, la Super Soco CPX nos ha ganado por tratarse de un scooter eléctrico de carácter urbano muy cómodo, que se presta también a viajar en vías interurbanas como circunvalaciones o autovías periféricas sin que ello le suponga un problema, pues goza de un rodar con cierto nivel de aplomo que da confianza a velocidades de crucero de estas vías. Cubre bien de las inclemencias del viento a su piloto y el pasajero goza de un asiento muy cómodo.
Bien es cierto que su motor eléctrico no parece tan alegre como el de la TC Max pero la realidad es que es una sensación que sólo adoleceremos si nos montamos en la CPX después de dejar la TC max, pues es completamente válido tanto para llevar una como dos personas y gracias a él alcanza los 99/100 kilómetros por hora de manera fácil (90 si van dos a bordo).
Super Soco CPX.
A nuestro modo de ver tan sólo echamos en falta el baúl con el que aumentar su capacidad de carga. Para aquellos que barajen salir más del entorno urbano sí que vería como obligatorio equipar el segundo módulo de baterías, pues supondrá despreocuparse por completo de la carga al afrontar estas vías, además de poder acelerar sin temor alguno a que esto se traduzca a tener que cargar pronto.