El Grupo Volkswagen ha hecho una advertencia clara: poner aranceles más altos a los vehículos eléctricos importados de China son sólo un alivio temporal, y las consecuencias pueden ser bastante peores que los posibles beneficios. La solución que propone el grupo alemán es otra diferente.
Volkswagen es el mayor fabricante europeo de automóviles y también el que ha hecho mayor inversión en electrificación. Seguir los pasos de Tesla fue casi una obsesión para Herbert Diess, el anterior CEO del Grupo Volkswagen. Las políticas de su sustituto, Oliver Blume, son algo diferentes, aunque el año pasado anunció una enorme inversión de 180.000 millones de euros en los próximos cinco años. Más recientemente, la compañía ha tenido que cambiar de rumbo algunos grados para darle más importancia a los híbridos enchufables, aunque los eléctricos siguen siendo una pieza importante.
La Unión Europea lleva tiempo valorando la imposición de nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos, tras llegar a la conclusión de que se benefician de ayudas públicas del gobierno chino para competir con precios más bajos. La UE todavía no ha movido ficha, pero la medida tiene partidarios y detractores. El Grupo Volkswagen está entre los últimos. Según Arno Antlitz, director financiero del grupo, "es muy cuestionable si el actual debate arancelario va en la dirección correcta".
Según Antlitz, la solución para la situación actual pasa por reducir los costes de producción para mantenerse competitivos a largo plazo y los próximos 2 a 3 años serán cruciales para ello. En ese periodo, los fabricantes europeos deben ponerse las pilas.
Antlitz destacó que el plan de la UE para imponer más barreras comerciales a los vehículos chinos podría provocar "medidas de represalia dolorosas", complicando aún más la situación. Una opinión con bastante fundamento, a sabiendas de la dependencia que la UE tiene de las baterías chinas. El país asiático controla alrededor del 70% de la producción mundial de material catódico para baterías de litio, según datos de la Agencia Interncional de la Energía. En el caso de los ánodos de grafito, el control chino es casi total, con un 97% de la producción mundial.
No sólo es una cuestión de dependencia de baterías; los fabricantes europeos tienen mucho que perder en China. Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz están particularmente expuestas a posibles represalias debido a su fuerte dependencia del mercado chino. China es el mayor mercado para estos fabricantes, especialmente en modelos de alto lujo (que tienen un gran margen de beneficios) como los Mercedes-Maybach. Además, algunos fabricantes europeos venden en nuestro continente algunos modelos producidos en China. En este sentido, hace apenas unos días, Oliver Zipse, CEO de BMW, dijo que poner más aranceles era como pegarse un tiro en el pie.
Antlitz enfatizó la necesidad de utilizar los próximos años para mejorar significativamente la competitividad de Volkswagen. "Los próximos años presentan una oportunidad significativa para mejorar nuestra competitividad de costos", afirmó. "Esto mejorará la asequibilidad de nuestros vehículos eléctricos y al mismo tiempo garantizará los márgenes que necesitamos para financiar la transformación que se avecina". El llamado a la acción de Antlitz subraya la urgencia de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y de seguir innovando en el cada vez más competitivo mercado de vehículos eléctricos.
Escenario comercial con tensión creciente
La UE tiene previsto informar a los exportadores chinos sobre los resultados de su investigación a principios de junio. Si se imponen aranceles adicionales, podrían entrar en vigor un mes después, sumándose al actual impuesto del 10 por ciento. El miércoles, China expresó su disposición para aplicar aranceles de hasta el 25 por ciento a los automóviles importados con motores grandes, intensificando las tensiones comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea. Estas medidas responden tanto a la investigación de la UE sobre los subsidios del gobierno chino como a la nueva ley estadounidense que aplicará hasta un 100% de arancel a los eléctricos procedentes de China.