Nissan ha sido una de las compañías que más ha hecho por la movilidad eléctrica. Antes incluso de la llegada de Tesla, los japoneses pusieron en el mercado su primer coche a baterías; el Nissan LEAF. El utilitario ha sido durante más de una década el vehículo eléctrico más vendido del mundo, aunque por alguna razón que nadie comprende esa hegemonía desapareció ante la lentitud de los directivos. Nuevos tiempos corren para la electrificación y es ahora cuando Nissan se ha propuesto recuperar el terreno perdido. El LEAF sigue en el plantel, aunque tendrá que cambiar. En cuanto al resto, llegarán versiones 100% eléctricas mucho antes de lo que te imaginas.
La estrategia de los japoneses no sólo consiste en volver al lugar que les corresponde, sino que también se alinea perfectamente con el objetivo de emisiones para 2030. Aunque Nissan no ha comentado nada de volverse 100% eléctrica antes del horizonte de 2035, sí que tiene objetivos muy concretos de reducir la contaminación de su flota. Las emisiones contaminantes tienen que reducirse un 55% a partir de 2030 y eso sólo será posible con la electrificación. La gama EV de la casa crecerá y lo hará de la mano de sus productos estrella, los SUV.
Tal y como recoge Autocar, el máximo responsable de Nissan en Europa Guillaume Cartier, la medida se basará en llevar un paso más allá la tecnología híbrida e-Power. En colaboración con sus socios de Renault, con los cuales acaban de firmar nuevos puntos de su particular alianza, los japoneses ofrecen la tecnología e-Power como el paraguas donde recoger todos los formatos electrificados. El Nissan Qashqai y el Nissan X-Trail cuentan con un tren motriz eléctrico conectado con un motor de gasolina que actúa como un generador cargando la batería de poca capacidad que a su vez alimenta a los motores eléctricos.
Tal y como reconoce el propio Cartier, la transición es completamente lógica y natural. Lo mismo pasa con el X-Trail. Al emplear el mismo esquema, en algunas versiones con dos motores eléctricos, el cambio sería relativamente sencillo. Eliminar el motor de gasolina, instalar los componentes auxiliares como el conversor y el alimentador y por último montar una batería de gran capacidad que permite ofrecer largas autonomías. Esto último es bastante fácil para Nissan ya que dispone de las baterías de su SUV eléctrico, el Nissan Ariya, el que por cierto no está logrando una cuota de ventas muy satisfactoria.
La intención es que las versiones eléctricas de los Nissan Juke, Qashqai y X-Trail convivan durante una temporada con el resto de la familia. El pequeño de la casa debería ser el primero en disfrutar de esa variante 100% eléctrica a partir de 2025. Su lanzamiento comercial se produjo en 2019 y esa unidad eléctrica se hará coincidir con la mitad de su ciclo de vida. Los mismos pasos seguirán sus hermanos mayores. Nissan espera tener toda la gama electrificada al completo antes de que acabe el año 2027. Antes de que los de Yokohama empiecen a comercializar su primer coche con baterías de estado sólido, programado para el año 2028.
Los modelos eléctricos emplearán una versión específica de la plataforma CMF que ya emplean y que también es aprovechada por el Ariya. Es pronto para determinar tamaños de batería o autonomías eléctricas, pero Nissan reconoce que para los modelos más grandes espera superar el rango de los 800 kilómetros y ofrecer sistemas de carga de alta potencia que reduzcan los tiempos de espera. Nissan apuesta mucho por esta estrategia y por reconquistar Europa. La semana pasada ya advirtieron que el Viejo Continente volverá a ser “clave” para ellos tras unos años cargados de dudas en los que la marca ha dejado envejecer demasiado su flota.