El fabricante chino BYD ha anunciado un descenso del 72% de sus beneficios en el primer semestre de 2018, y ha achacado el retroceso a la disminución de los subsidios que da China a los vehículos categorizados como de "nueva energía", incluyendo eléctricos a batería, híbridos enchufables y pila de combustible de hidrógeno. A finales de 2017, el gobierno de Pekín anunció un plan para que las autoridades locales redujeran las ayudas que se otorgan a este tipo de vehículos que, sin embargo, seguirían disfrutando de los incentivos del gobierno central.
El fabricante con sede en Shenzen tiene en los vehículos eléctricos de batería y en los híbridos enchufables una de sus principales líneas de negocio. Los beneficios obtenidos por la empresa en estos primeros seis meses del año alcanzaron los 479 millones de yuanes (60 millones de euros), frente a los 1.720 millones de yuanes (216 millones de euros) del año pasado.
BYD vendió 75.800 vehículos de "nueva energía" entre enero y junio de 2018, lo que supone un incremento de 121% respecto al año anterior, y un incremento de un 11% y refleja la bajada de rentabilidad de este tipo de vehículos. La compañía ha anunciado que espera que los nuevos estándares de subsidios que se implementaron en junio tengan un efecto sobre la rentabilidad de los vehículos de "nueva energía" en la segunda mitad del año.
China modificó los subsidios a los vehículos de "nueva energía" a principios de este año.
Gracias a que las ayudas a los vehículos de "nueva energía" se han convertido en un prioridad para el gobierno chino debido a la notoria contaminación que sufren sus ciudades, el Gigante Asiático se ha convertido en el principal mercado de vehículos eléctricos del mundo. Esto ha atraído a nuevos fabricantes a un mercado en el que todas las empresas quieren invertir, más aun cuando ya no existe la obligatoriedad de asociarse con una empresa local –al 50%– para poder acceder a él. Esta inversión supone cada vez un gasto más importante para las arcas de la administración, por lo que ha decidido empezar a reducir las subvenciones empezando por los gobiernos locales.
Este incremento de la oferta de vehículos también está reduciendo el acceso al suministro de baterías, algo que BYD también está sufriendo. El fabricante chino cuenta en su catálogo con autobuses y vehículos de transporte con baterías de gran tamaño. Por esta razón, la compañía ha establecido un plan estratégico para construir nuevas fábricas. En la actualidad BYD cuenta con dos instalaciones, en Shenzhen y Huizhou, capaces de alcanzar los 16 GWh de producción anual. Antes del verano, la empresa china especializada en coches eléctricos y baterías inició las actividades en su tercera fábrica, que una vez que alcance la plena producción en 2019, llegará a los 24 GWh. Por último, hace unos días, BYD anunció el inicio de la construcción de una cuarta instalación en Chongqing con una previsión de 20 GWh de capacidad. En total, BYD llegará a los 60 GWh de capacidad cuando todas estas instalaciones estén a pleno rendimiento, convirtiéndole en uno de los tres productores de baterías más importantes del mundo.