Para resolver las típicas dudas sobre la autonomía y la infraestructura de carga de aquellos compradores que no se deciden por adquirir un coche eléctrico, muchos fabricantes de automóviles han recurrido a implementar paquetes de baterías cada vez más grandes. Así, reducen la necesidad de una red de recarga muy densa, pero a cambio aumentan el coste de los vehículos y el peso, lo que va contra la eficiencia energética. Un informe reciente de Reuters destaca que algunas empresas nuevas están adoptando una estrategia diferente con la vista puesta en un escenario de recarga más avanzado.
Empresas emergentes como Nyobolt y Echion Technologies, con sede en el Reino Unido, o la estadounidense Group14 Technologies, dan prioridad al tiempo de recarga sobre la autonomía, según destaca la información de Reuters. Su objetivo es producir celdas de batería capaces de admitir potencias de carga muy altas, lo que reduciría los tiempos de parada en los puntos de carga. Esta estrategia permite reducir los costes de producción ya que la batería, el componente más caro de un coche eléctrico, podría ser más pequeña.
Nyobolt está desarrollando materiales para el ánodo a base de óxido de niobio que reducen el tiempo de carga a algunos minutos, según afirma la startup. Echion también está desarrollando ánodos de niobio, un material que actualmente se usa para fortalecer el acero y se extrae principalmente en Brasil y Canadá. Inicialmente, Echion planea usar sus celdas de batería en vehículos comerciales, aunque en 2025 tendría las tendría listas para automóviles de pasajeros.
Cualquier tecnología que reduzca el tamaño de la batería ayudaría a reducir los costos y el impacto ambiental al disminuir la necesidad de materiales poco abundantes como el níquel y el cobalto.
En los próximos años, es probable que los fabricantes de automóviles, y por lo tanto los compradores, se vean obligados a elegir entre paquetes de batería de gran tamaño con celdas básicas o de baja tecnología, o paquetes más pequeños con celdas de última generación que admitan cargas a alta potencia. Esta segunda opción permitirá mantener controlado el peso de los vehículos eléctricos y reducirá la dependencia de materias primas escasas. Sin embargo, ninguno de estos dos caminos es barato.
Dos ejemplos actuales
Por otro lado, no se trata solo de las baterías. Como en el caso del Mercedes-Benz Vision EQXX concept el objetivo de muchos fabricantes está enfocado en la eficiencia general. Recientemente, un prototipo de este coche recorrió 1.202 kilómetros con una sola carga desde Stuttgart, Alemania, hasta la pista de carreras de Silverstone en el Reino Unido. Cuando concluyó la prueba todavía quedaba suficiente batería para dar algunas vueltas a la pista.
Mezclar diferentes componentes químicos es otra posibilidad. La empresa Our Next Energy (ONE), con sede en Michigan, afirma que alcanzará los 1.000 kilómetros de autonomía en un prototipo del BMW iX equipado con un paquete de baterías de doble química. Esta opción reduciría en gran medida los productos químicos más caros y complejos de obtener, pero no reduciría el peso del conjunto.