La sostenibilidad medioambiental de los coches eléctricos no es solamente una cuestión de emisiones locales en las ciudades; necesita ser mucho más que eso. El coste de las baterías en términos medioambientales es elevado, aunque sigue una tendencia bajista gracias a la cada vez mayor implementación del reciclaje. En este sentido, Redwood Materials acaba de anunciar que este año comenzará a producir cobre para baterías con un 83% menos emisiones de CO2 que la media de la industria.
Actualmente China, Corea del Sur y Japón tienen absoluto dominio de la industria de las baterías. Los diez mayores fabricantes de baterías son todos asiáticos y entre los tres países mencionados acaparan el 90% de la producción mundial de baterías para vehículos eléctricos. Entre las materias primas necesarias para la producción de baterías se cuenta el cobre, cuya producción lleva asociadas unas determinadas emisiones de CO2.
Hoy por hoy, la industria asiática emite 6,18 kilos de dióxido de carbono (CO2) por cada kilo de cobre en láminas. El gasto de energía es culpable del 77% de las emisiones generadas en el proceso productivo, seguido del propio material, la logística (de la mina hasta el vehículo hay un largo viaje) y otros materiales asociados.
La compañía Redwood Materials, fundada por JB Straubel -cofundador de Tesla-, ha anunciado ahora que producirá cobre reduciendo en un 83% las emisiones de CO2 en comparación con la cadena de suministro actual asiática, quedándose en solo 1,10 kilos de CO2 por cada kilo de cobre en lámina. Además, ha asegurado que la Gigafactoría 1 de Panasonic y Tesla estará entre las primeras en recibir este cobre bajo en emisiones. El cobre se utiliza como electrodo negativo (ánodo) en las baterías y es, por tanto, un componente esencial para las mismas.
¿Dónde está el secreto de esta reducción en las emisiones? Esencialmente, en que no hará falta conseguir el cobre mediante minería, sino que utilizarán cobre reciclado en su totalidad. Redwood Materials producirá cobre a partir de baterías que han llegado al final de su vida útil y de otros aparatos electrónicos domésticos, lo que se denomina comúnmente como chatarra electrónica o basura tecnológica. Según la compañía, Estados Unidos exporta cada año varios cientos de miles de toneladas de cobre a Asia, por lo que utilizar ese material también tiene un importante componente estratégico.
En este caso, el cobre se utilizará para el ánodo de las baterías pero no es ni mucho menos la única aplicación de este material en un automóvil. Un coche eléctrico tiene más de 1,5 kilómetros de cableado de cobre en los devanados del estator del motor (la cifra aumenta, lógicamente, si el vehículo en cuestión tiene más de un motor). Además del motor, está el inversor, el cargador y el cableado convencional que lleva cualquier coche moderno.
De media, un coche convencional de combustión utiliza entre 8 y 22 kilos de cobre, dependiendo del tamaño del vehículo. Debemos tener en cuenta que un coche moderno lleva entre 1 y 5 kilómetros de cables, según su tamaño y equipamiento. Un SEAT Ateca, por ejemplo, lleva en su interior 2,2 kilómetros de cableado que pesan más de 40 kilos. Un coche híbrido no enchufable lleva alrededor de 38 kilos de cobre, mientras que un coche completamente eléctrico puede llevar en total algo más de 80 kilos de cobre. Se calcula que para el año 2025 la industria del automóvil necesitará alrededor de 3,3 millones de toneladas de cobre anualmente.
Redwood Materials recibe actualmente más de 6 GWh de baterías al final de su vida útil para su reciclaje. Por término medio, Redwood consigue recuperar el 95% de los materiales esenciales como el níquel, el cobalto, el litio y el cobre. Con esto se consigue hacer baterías más sostenibles y también reducir el coste de las mismas. El objetivo de Redwood Materials es aumentar la producción de componentes para ánodos y cátodos hasta alcanzar los 100 GWh anuales en 2025, suficiente para fabricar más de un millón de coches eléctricos al año, y posteriormente alcanzar los 500 GWh anuales en 2030. Además de Tesla, Redwood tiene acuerdos con Toyota, Ford y Amazon, entre otros, para la recogida de materiales, reciclaje de baterías y posterior suministro de los materiales reciclados.