La empresa israelí REE, creadora de una plataforma eléctrica que lleva a su máxima expresión la tecnología de los motores en rueda, quiere pasar del concepto a la realidad con una ronda de financiación en la que pretende obtener más 2.000 millones de séquels israelís (alrededor de 520 millones de euros). En cada una de las ruedas de sus plataformas conceptuales, presentadas en el Tokio hace unos meses, no solo se incluye un motor eléctrico, sino también la dirección, la suspensión, la transmisión, el sistema de frenado y toda la electrónica.
Un motor eléctrico es una máquina muy sencilla comparada con un motor de combustión. Con un tamaño mucho más pequeño, es capaz de desarrollar una potencia y un par motor superior. Su escaso número de piezas, su simplicidad y la eliminación de sistemas auxiliares como la refrigeración, no obligan a que esté situado en un lugar determinado dentro del vehículo y además permite que su número se multiplique.
Tal es así, que se puede empaquetar un motor eléctrico en la llanta de una rueda, una idea que se remota a los primeros vehículos eléctricos de principios del siglo pasado. El desafío técnico y económico de estos motores es salvar los problemas que pueden causar las masas no suspendidas (todos los componentes que se sitúan en las llantas) cuyos movimientos no son filtrados por la suspensión.
REE va más allá con su plataforma eléctrica
REE ha llevado esta idea a su máxima expresión de forma que no solo el motor, sino que la dirección, la suspensión, la transmisión, el frenado y toda la electrónica se sitúa en la llanta de las ruedas. Aunque parezca ciencia ficción, REE ha publicado un vídeo en el que vemos esta tecnología hecha realidad como una plataforma plana en la que toda la mecánica se sitúa por debajo del chasis liberando la parte superior para la creatividad de los diseñadores.
Hasta el pasado mes de julio, REE ha estado trabajando "sin llamar la atención", hasta que decidió presentar su propuesta en el pasado Salón del Automóvil de Tokio. La tecnología mostrada allí ha sido desarrollada en colaboración con Hino Motors, un fabricante de camiones y autobuses que forma parte del grupo Toyota. La inspiración ha sido el concepto modular FlatFormer que permite configuraciones de carrocería plug-and-play optimizando el espacio interno del vehículo o su uso para aumentar el tamaño de la batería.
Es precisamente en su versatilidad donde reside el atractivo de los motores en rueda. Una plataforma que recurra a ellos puede acabar convirtiéndose en muchos vehículos diferentes, desde los más pequeños para uso personal hasta los destinados a transportar a un gran número de personas. Tanto es así, que los cofundadores de REE, Daniel Barel y Ahishay Sardes, comenzaron su camino en SoftWheel, una empresa dedicada a la fabricación de bicicletas y sillas de ruedas.
Financiación para hacerlo realidad
REE, que tiene su sede en Tel Aviv, emplea a más 100 personas y tiene en propiedad más de 60 patentes. En la ronda de financiación en la que está inmersa pretende recaudar más de 2.000 millones de séquels (alrededor de 520 millones de euros). En ella ya ha participado la compañía de inversiones israelí Meitav Dash que ha aportado 70 millones de séquels (15 millones de euros).
Para convencer a los futuros inversores REE "vende" esta tecnología como el comienzo de "una nueva era en la movilidad". La idea no es solo electrificar el transporte sino de redefinir completamente la plataforma de todos los vehículos, los de transporte colectivo y los de transporte individual y también de cambiar el modelo de propiedad. Las plataformas de REE pueden emplearse en grandes camiones de carga con tracción total y en pequeños robots de entrega de paquetería, pasando por toda la tipología de vehículos que puedan imaginarse.
Aplicar su tecnología a usos industriales es un primer paso obvio y por ello la compañía tiene alianzas con empresas como Mitsubishi, Musashi Seimitsu propiedad de Honda, American Axle & Manufacturing y Linamar, el segundo mayor fabricante de componentes de Canadá.
Otros desarrolladores del motor en las ruedas
El grupo chino Evergrande, a través de NEVS (National Electric Vehicle Sweden), la empresa sucesora de la sueca Saab. se hizo este junio con el control de uno de los principales desarrolladores de motores eléctricos en rueda, Protean Electric, con el objetivo de implementar esta tecnología en sus futuros coches eléctricos. La compañía británica es propietaria de la tecnología Protean Drive, una de las primeras que explotó esta idea y que la ha convertido en la mayor especialista en su desarrollo.
Otra empresa que también recurrirá a esta tecnología para sus futuros coches eléctricos es Lightyear. La empresa holandesa es la desarrolladora del Ligthyear One, un coche eléctrico y solar configurado sobre un chasis fabricado con perfiles de aluminio extruido y unido por remaches y adhesivos en el que se sitúan cuatro motores eléctricos independientes, situados cada uno en una rueda.