Por diferentes motivos, no toda la población está todavía preparada, o dispuesta, para dar el paso hacia la movilidad eléctrica. El principal factor en contra sigue siendo el elevado coste de compra de un coche eléctrico, seguido de otras preocupaciones como la escasa infraestructura de cargadores públicos, la autonomía o el tiempo de recarga. Sin embargo, no es menos cierto que cada vez son más quienes dan el paso. Lo que no es tan frecuente es que un pueblo entero pase, de repente, a moverse en coche eléctrico.
Es lo que va a ocurrir en el pueblecito francés de Appy, en la región de Mediodía-Pirineos, no demasiado lejos de la frontera española. Renault va a prestar a sus veinticinco habitantes un Renault ZOE durante los tres próximos años. El fabricante quiere demostrar la importancia de la movilidad eléctrica, así como su viabilidad, en las zonas rurales.
Los habitantes de esta pequeña localidad perdida en un precioso entorno montañoso, un bello remanso de paz en plenos Pirineos, quizá no hubieran imaginado ser escogidos por Renault para tal experimento. Durante los próximos tres años, cada hogar dispondrá de un Renault ZOE cedido por el fabricante, que también equipará cada casa con un cargador de pared (wallbox) para recargar el coche. Teniendo en cuenta la media francesa de habitantes por hogar (2,2), habrá entre once y doce nuevos ZOE en este pequeño pueblo. Además, el municipio también recibirá un cargador público.
El programa será presentado el próximo 21 de julio por Renault junto al alcalde de Appy. Renault pretende demostrar que la adopción del vehículo eléctrico «no hace la vida cotidiana más complicada», en contra de lo que mucha gente cree cuando piensa, por ejemplo, en los tiempos de carga o la escasa infraestructura pública. Según el fabricante francés, «si los habitantes de Appy, que viven en uno de los pueblos más alejados de todas las comodidades, adoptan la movilidad eléctrica, entonces está al alcance de todos».
Si bien lo anterior puede llegar a ser cierto, no hay que olvidar que es precisamente el precio de adquisición del vehículo (algo que evitarán los habitantes de Appy) lo que impide también en muchos casos la adopción del coche eléctrico. La idea es interesante también para desvincular la asociación entre el coche eléctrico y la gran urbe, donde hay mayor número de cargadores públicos. En cualquier caso, el boca a boca y la experiencia positiva propia son una excelente manera de marketing que puede servir a Renault para promocionar el coche eléctrico.