Los bocetos y dibujos iniciales demuestran que Renault tenía la intención de lanzar al mercado una segunda generación del Renault Zoe. Su nombre quedó claramente escrito en el lateral de los diseños iniciales, cuyo fin inicial era sustituir al utilitario eléctrico urbano por un SUV del segmento B. Renault decidió revisar el trabajo realizado para abandonar por completo el Zoe y dar un salto significativo hacia la electrificación, convirtiendo su modelo más vendido, el Mégane, en un coche que únicamente tiene versiones eléctricas.
Bajo el liderato de Luca de Meo, que asumió la dirección de Renault el 1 de julio de 2020, el fabricante revisó todo su plan de producto, redistribuyendo los roles de cada modelo dentro de la gama. El proyecto conocido internamente bajo el código BCB, que en principio debería haber dado lugar a un Zoe 2, se transformó definitivamente en el Renault Mégane E-Tech eléctrico, un SUV que crecía en proporciones para pasar del segmento B al C y competir en un mercado con mucha más competencia, fundamental para el futuro de todos los fabricantes.
El Renault Zoe de segunda generación lanzado en 2019 no iba más allá de ser un restyling, bastante contenido en el exterior, pero muy importante en el interior, del que fue lanzado allá por 2012. Aunque en ese momento se especulaba sobre la posibilidad de que Renault hubiera decidido dar un cambio radical a su primer coche eléctrico, lo que llegó al mercado no dejaba de ser un lavado de cara, a la espera del desarrollo de la que realmente sí tendría que haber sido una nueva generación.
El proyecto BCB se definió inicialmente para encarnar un vehículo eléctrico del segmento B, tipo SUV urbano, del tamaño y las proporciones de un Renault Captur. Sin embargo, la revisión profunda que la firma hizo con la llegada de Luca de Meo vio como el proyecto era impulsado hasta un segmento superior, el C, en el que todo quedaba por definir. El resultado es el Mégane E-Tech eléctrico, que pasaba de medir 4 metros de longitud a 4,20 metros, sensiblemente más corto que el Mégane IV, lanzado en 2016, que mide 4,35 metros. También es más estrecho, pero a su vez más alto y con mayor batalla, lo que le da su aspecto crossover manteniendo la habitabilidad.
Estas diferencias de aspecto permitirán que Renault mantenga ambos modelos en la gama, donde el Mégane juega un papel fundamental sobre todo en las flotas de empresa y como vehículo de alquiler, siendo una alternativa más económica que el Peugeot 308 y el Volkswagen Golf. Tras su rediseño de 2020, y fabricado para todo el mundo en Palencia, continúa siendo un modelo rentable para la marca que no abandonará el catálogo por lo menos hasta 2023-2024.
Con el Mégane E-Tech, Renault aborda ahora un segmento de vehículos eléctricos muy complicado teniendo en cuenta además que representa el 40% del mercado, según indicó Luca de Meo durante su presentación. Dejando de lado al incomprendido Fluence, que solo ha sobrevivido en Corea bajo la marca de Samsung, el fabricante francés se enfrenta ahora probablemente a un mercado que marcará el futuro de la movilidad: el segmento C, dominado por los vehículos con formato SUV. Renault aborda esta batalla colocando en ella el nombre del modelo más vendido hasta ahora por la firma, haciéndolo renacer casi por completo como un SUV completamente eléctrico sin variantes de combustión, toda una demostración del viraje de la firma hacia la electrificación total.
Sin embargo, el Renault Zoe actual tiene ya fecha de caducidad. Sus sustitutos revivirán nombres icónicos para la marca. El Renault 5 y el Renault 4 eléctricos llegarán en otoño de 2024 y durante el año 2025 respectivamente. Un dúo que se apunta a moda de la corriente neo retro que Renault ha asumido como suya y que no estaba prevista hasta la llegada de la nueva directiva.
Los dibujos que muestran el diseño del Renault Zoe 2 son obra de Yan Jarsallé, uno de los diseñadores más brillantes de Renault. De su lápiz han salido las líneas de muchos sus modelos más exitosos. Suyos son modelos de producción como el Mégane 3 RS, el Clio IV y su restyling, y del Renault Mégane IV, incluida su versión RS. También es autor de varios modelos conceptuales que sirven como inspiración para modelos futuros como es el caso del Renault DeZir, el Alpine A110 o el y TreZor.