El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha garantizado que la compañía alcanzará su objetivo de contar con un punto de recarga pública cada 50 kilómetros en España a finales de este año y ha señalado que Repsol va a invertir "una cantidad significativa" para alcanzar este objetivo en puntos de recarga -ultrarrápida, rápida y semirrápida-, desde los 500 con que cuenta actualmente.
En noviembre del año pasado, la multienergética anunció un plan inversor de 42,5 millones de euros para la instalación de 610 puntos de recarga eléctrica en sus estaciones de servicio de España y Portugal.
Este proyecto se enmarcaba en el objetivo de la compañía de alcanzar los 1.000 puntos de recarga pública a finales de 2022, uno cada 50 kilómetros en los principales corredores viarios de la Península Ibérica, y de ser neutra en carbono en el año 2050.
Por otra parte, Imaz ha pidió "humildad, neutralidad tecnológica y un poco de sentido común" para abordar la transición energética, que "no se está haciendo bien, ya que en el mundo las emisiones de CO2 aumentan año a año, tenemos problemas de seguridad de suministro y la energía cada vez más cara".
En este sentido, critica la actitud de Europa de "coger la escoba y barrer debajo de la alfombra" las emisiones de CO2 que no están en el Viejo Continente. "Estamos exportando industria, empleos y emisiones en Europa", advirtió.
Además, en el actual contexto de tensión por la invasión de Ucrania por Rusia, aboga por "tratar de reducir la demanda" de productos energéticos.
Asimismo, el directivo considera que la sostenibilidad pasa por ser "un vector clave a la hora de plantearse el futuro energético", aunque subrayó que debe ser completada por "la seguridad de suministro y los precios".
"Nos hemos dado cuenta que el mundo va a necesitar petróleo y gas en los próximos años y como no hemos invertido en nuestros países hemos alcanzado una dependencia absoluta con Rusia", ha dicho, advirtiendo también en este sentido por "las apuestas monocultivos" que se puedan hacer en el futuro "con la dependencia de las tierras raras y metales escasos de China".
Un error pensar que la descarbonización es igual a electrificación
Así, estima que la electrificación "es una parte de la descarbonización", pero supone "un grave error pensar que la descarbonización es igual a electrificación", ya que hay sectores donde no es posible, como la aviación, el transporte pesado y marítimo o el sector del cemento y del acero.
Asimismo, ha puesto en valor la contribución de las energías renovables, aunque pide también apostar por la descarbonización de "los líquidos" -ecocombustibles-. "Esto es muy importante, el no hacer las apuestas solamente en una dirección", ha dicho.
Así, Imaz, que ha destacado la apuesta líder en su sector de Repsol por la descarbonización invirtiendo el 35% de su 'capex' en los negocios bajos en carbono, afirma que la transición energética "no debe ir de ideologías" y se debe más bien optar por el camino de "buscar la reducción de las moléculas de CO2 con el mínimo coste para la sociedad".
"Hay que tener humildad y tratar de dar ciertas certidumbres para la inversión en determinadas tecnologías a las empresas", añadió al respecto, pidiendo unas políticas "eficientes y basadas en nuestro tejido industrial, ya que hay que potenciar la industria española".