Hoy en día, gracias a las ayudas electrónicas y la multitud de asistentes de un deportivo moderno, prácticamente cualquier persona podría conducir muy rápido un coche muy potente (cuestión aparte sería si desconectamos las ayudas). No obstante, intentar exprimir los 1900 caballos de potencia de un superdeportivo eléctrico como el Rimac C_Two puede ser una tarea complicada incluso para pilotos expertos. Por eso, la compañía croata está desarrollando un asistente con Inteligencia Artificial (IA) que hablará y ayudará a los conductores para exprimir al máximo el potencial del coche y hacer la vuelta perfecta.
La Inteligencia Artificial ayudará a ser mejor piloto... E incluso detectará el miedo
Sacha Vrazic, director del equipo de conducción autónoma de Rimac, ha hablado con Top Gear sobre este interesante tecnología. La compañía croata está desarrollando un sistema en el que la Inteligencia Artificial juega un papel clave para enseñar al conductor cómo pilotar en circuitos, sacando el máximo rendimiento de su Rimac C_Two. Como bien explica Sacha, «no todos nuestros clientes son pilotos profesionales», pero desde la marca quieren que los clientes puedan exprimir todo el potencial del coche y disfruten con él.
El sistema podrá hablar directamente al conductor, diciéndole lo que necesita cambiar en su pilotaje y dándole indicaciones sobre el punto exacto de frenada, la aceleración o cuál es la mejor manera de trazar la próxima curva. El sistema aporta el feedback mediante comentarios audibles y señales visuales en el cuadro de instrumentos. No se proyectarán en el parabrisas mediante un Head-up display, pues la tecnología «no estaba lista» para lo que Rimac quería hacer.
Puesto de conducción del Rimac C_Two.
Para intentar saber cómo es la vuelta ideal, en Rimac obtienen información de pilotos profesionales y luego la comparan con la vuelta ideal calculada por la Inteligencia Artificial. Después cotejan las diferencias entre ambas vueltas. El objetivo final es que la IA sea tan efectiva que acabe siendo más rápida que un piloto humano.
Gracias a una cámara interior y diferentes sensores, el sistema puede incluso determinar si el conductor experimenta sensación de miedo en algún punto, como una frenada muy potente después de una recta muy larga. En ese caso recomendará frenar un poco antes en la siguiente vuelta para reducir la ansiedad del piloto y generar más confianza en las siguientes trazadas.
Todo esto mientras el sistema aprende el circuito y, por supuesto, te mantiene a salvo de posibles problemas al corregir cualquier error de conducción que ocurra sobre la marcha. Algo que puede ocurrir con frecuencia cuando se intentan domar la friolera de 1900 caballos, capaces de hacer el 0-100 km/h en 1,97 segundos.
Rimac C_Two.
Además, si el conductor lo desea, puede hacer una "sesión de evaluación" de su pilotaje. Tras varias vueltas de evaluación, la IA aprende de su pilotaje y arroja información para mejorar la conducción a nivel general, o a nivel específico para un circuito en particular.
Un auténtico arsenal tecnológico que están probando en un Kia Stinger
Detrás de todo este sistema hay un auténtico despliegue tecnológico con nueve cámaras, LIDAR, radar, 12 sensores ultrasónicos y una supercomputadora NVIDIA Drive Pegasus capaz de procesar 6 Terabytes (TB) por hora. Según dice Rimac, este procesador es el más potente del momento, aunque todavía está disponible a nivel comercial.
Rimac ha instalado todo este compendio en un Kia Stinger, que está siendo utilizado para probar esta tecnología y, de paso, la conducción autónoma Nivel 4. «Estamos trabajando en los algoritmos nosotros mismos, como la percepción, la planificación del movimiento, el monitoreo y la ubicación del conductor». Un auténtico derroche de tecnología que vendrá de serie con el Rimac C_Two eléctrico cuando se lance al mercado.