Es normal que a lo largo de la historia de una longeva marca de coches, que se produzcan cambios de manos entre grupos de automoción. Unos buscan vender para sacar beneficios netos, y otros explotar una marca que les brinde beneficios sostenidos en el tiempo. Este podría ser el caso de la negociación entre Rimac y el Grupo Volkswagen para la compra de la firma de coches deportivos de altos vuelos Bugatti.
Así lo habría hecho saber Car Magazine, en un artículo en el que aseguran que ambas partes estarían negociando sobre el futuro de la firma francesa.
Aunque la noticia pille desprevenidos a muchos, no es sorpresa que el grupo alemán quiera deshacerse de la histórica Bugatti, ya que después del escándalo del "dieselgate" y los costes que ha tenido asociados cada unidad del Bugatti Veyron vendida, que recordemos, por cada unidad vendida del deportivo francés el grupo perdía una media de casi medio millón de euros.
Eran tiempos de derroche en el Grupo Volkswagen, que usaba a Bugatti, simplemente, como escaparate tecnológico. Con el nuevo Chiron no habrían seguido la misma senda, ya que con este sí habrían sabido rentabilizar el proyecto, para el año pasado, gracias a las 88 unidades comercializadas de su último retoño, haber conseguido beneficios. Ganancias que anuncian que este año volverían a darse de nuevo.
Aun así cada unidad del Chiron vendida penaliza enormemente los esfuerzos del fabricante de neutralizar las emisiones en un futuro, lo que les habría llevado a negociar la salida de la firma francesa del grupo alemán. Para Rimac, dado su pequeño tamaño esto no supondría un problema, ya que no forma parte de ningún gran grupo empresarial de automoción.
No son infundados los rumores si tenemos en cuenta que el Grupo Volkswagen, de la mano de Porsche, ya tiene cierta parte del pastel que supone Rimac entre sus manos, ya que la firma de Stuttgart posee el 15,5% de las acciones de la firma croata de deportivos eléctricos. Y es que Rimac le daría a Porsche una participación mayor dentro de su compañía para así para ayudar a pagar Bugatti a su propio grupo, según el informe de Car Magazine.
Del resto de acciones de la firma, el 51% pertenecerían a su CEO y fundador, Mate Rimac, seguido de Hyundai con un 14%, Camel Group (un productor de baterías chino), y en pequeñas partes Jaguar, Koenigsegg y Magna Steyr. También habría un inversor chino particular entre todas las firmas.
De una forma u otra, y mas tarde o más temprano, al igual que ha hecho Koenigsegg, a Bugatti le tocaría pasarse al bando de la electricidad por baterías, y ello supondría de nuevo al Grupo Volkswagen trazar una estrategia con un mayúsculo desembolso detrás, y parece que no están por ello.
Sobre el posible trato que hay sobre la mesa ninguna de las partes ha hecho ninguna declaración. Anteriormente en unas declaraciones de Mate Rimac a la publicación inglesa de la fuente, habría dicho que su intención pasaría por, primero, desarrollar piezas y tecnología de primer nivel para vender a los fabricantes, además de centrar parte de su actividad en deportivos eléctricos con un bajo número de unidades producidas anualmente, en lo que Bugatti cuadraría perfectamente.
De producirse el movimiento se confirmaría a Rimac como una empresa potencial para el futuro no sólo del coche eléctrico, sino de toda la industria tecnológica, ya que habría conseguido hacerse con una firma como Bugatti, con un valor estimado, como poco, de 15 billones de euros. Todo ello sin la necesidad de realizar una oferta pública para aumentar de valor y recoger liquidez a cambio.