Tras un arranque lento, Rivian empieza a tomar ritmo. La planta de la compañía en California sigue mejorando su producción, elevando el número de unidades fabricadas al día. Con 200 unidades fabricadas por semana, el dato no parece muy esperanzador, pero es algo que les ocurre a todos los fabricantes al principio de su vida. Y eso que la situación actual no le ha puesto nada sencillas las cosas.
El principio del curso no ha sido especialmente bueno para la compañía de RJ Scaringe. Tras anunciar a bombo y platillo la entrada en producción de sus dos modelos: Rivian R1T y Rivian R1S, el inicio del proceso de fabricación fue más lento de lo deseado. Con el objetivo de crear 1.200 unidades antes de acabar el curso pasado, el objetivo no se cumplió por apenas unas decenas de unidades.
Esto no contentó a muchos inversores que vieron un pequeño punto de debilidad en la compañía. A lo largo del último mes la cotización de las acciones ha caído considerablemente. Desde su punto álgido, en noviembre, cuando salió a bolsa, ha perdido casi un 66% de su valor. De llegar a cotizar a 179,47 dólares a los 60,27 dólares con los que cerró la jornada de ayer. Un duro varapalo que esperan reflotar con el aumento de la producción.
Y es que las cosas no han sido nada sencillas para Rivian. A su juventud, la compañía está sufriendo las consecuencias de la pandemia de la COVID-19. Al parecer, tal y como informa Automotive News, la planta ha sufrido diversos cuellos de botella con algunos suministros, además de algún que otro brote de la dichosa enfermedad. Obviamente, cuando hablamos de un fabricante tan pequeño, cualquier mínimo detalle afecta al ritmo de producción.
Rivian espera alcanzar un punto en el que la planta sea capaz de alcanzar su máximo ritmo, unas 200.000 unidades por año.
De hecho, las propias informaciones apuntan a que Rivian habría tenido que parar la fábrica durante una semana entera a principios de este mes. Todo indica que el parón ha sido provocado por diversas causas, algunas ya comentadas, y también para solucionar y pulir algunos defectos en el proceso de fabricación. De no haber sufrido tales contrariedades, la planta de Illinois trabajaba a un ritmo de casi 200 unidades por semana.
Si miramos al futuro, hablando dentro de los planes anunciados por la propia compañía, Rivian espera alcanzar un punto en el que la planta sea capaz de alcanzar su máximo ritmo, unas 200.000 unidades por año. Eso significa más de 3.800 unidades por semana. Estamos muy lejos de ese momento. A pesar de ello ya hay planes confirmados para levantar una segunda instalación, en este caso en el estado de Georgia, y tendrá capacidad para producir 400.000 unidades al año. Su entrada en servicio está programada para 2024.