El Grupo Volkswagen está revisando su plan de compra de las baterías para los nuevos modelos eléctricos para el que precisa 300 GWh anuales en los próximos diez años. Entre sus proveedores se encuentra Samsung SDI, que ante el volumen de producción requerido por el calendario de lanzamientos tan solo puede hacer frente a la cuarta parte de la demanda.
Volkswagen invertirá 30.000 millones de euros en el desarrollo de los nuevos modelos en su nueva etapa electrificada y 50.000 millones de euros en la compra de las baterías que los alimenten. Según Arndt Ellinghorst, el analista de mercado de Evercore ISI, Volkswagen necesitará una capacidad de 300 GWh al año, "algo imposible de lograr si no cierra contratos previos".
Entre los proveedores del grupo alemán se encuentran LG Chem, Samsung SDI y SK Innovation para el suministro europeo y Contemporary Amperex Technology (CATL) para China. Además, SK Innovation comenzará a suministrar baterías para América del Norte a partir de 2022.
El compromiso inicial con Samsung SDI era la entrega de algo más de 20 GWh, suficientes para alimentar 200.000 coches eléctricos con paquetes de 100 kWh de capacidad. Sin embargo posteriormente han surgido algunas divergencias sobre el volumen de producción y el calendario de entregas, que ha reducido el suministro inicial previsto a tan solo 5 GWh de capacidad. Como consecuencia, las acciones de Samsung SDI cayeron en la bolsa de Seúl hasta un 4,9%. Respecto a estas informaciones, Volkswagen ha declarado a través de un comunicado que Samsung continúa siendo su proveedor de celdas de batería para Europa, mientras que Samsung declinó hacer comentarios.
La tecnología necesaria para producir baterías seguras para los vehículos eléctricos es más compleja que la tecnología utilizada para dispositivos electrónicos de consumo como los teléfonos móviles. Por esa razón, actualmente la capacidad de producción es inferior a la demanda por lo que los principales fabricantes de baterías están desplegando sus planes de expansión para los próximos años.
A la escasa producción se unen los cuellos de botella en los suministros y el acceso limitado a las materias primas, lo que está convirtiendo el suministro de baterías en un nuevo campo de batalla para fabricantes y suministradores. El creciente número de vehículos eléctricos que están anunciando prácticamente todos los grupos automovilísticos está obligando a los fabricantes a asegurarse el suministro este componente fundamental cerrando contratos a largo plazo con los principales suministradores.
Las enormes inversiones requeridas para aumentar la capacidad de producción de baterías han generado una intensa rivalidad, hasta tal punto de que LG Chem presentó una demanda en Estados Unidos contra SK Innovation por robo de secretos, que la empresa coreana ha negado.
Para evitar la dependencia de terceros a principios de este mes, Volkswagen anunció un plan para construir una fábrica propia de baterías en Alemania junto con la empresa sueca Northvolt, cuya viabilidad se decidirá a finales de año. La inversión, que ascendería a casi 1.000 millones de euros, le permitiría disponer de una capacidad de producción propia de 10 GWh al año.