Además de por el elevado esfuerzo financiero que supone la compra de un coche eléctrico a día de hoy para buena parte de las personas, otro de los puntos que muchos aseguran como razón principal para no hacer el cambio, es su autonomía y falta de infraestructuras de recarga. Ello repercute en la conocida ansiedad por autonomía’ un síndrome presente en ciertas personas que temen quedarse tirados en su trayecto o no tener suficiente autonomía eléctrica para cumplir con su recorrido.
El primer punto (sus precios) es algo difícil de calar en buena parte de la población, al menos hasta la llegada de los llamados "coches eléctricos baratos". Sin embargo, desde Recurrent Auto han dado con la clave para acabar con la ansiedad por autonomía. Y su remedio no es otro que comprar un coche eléctrico.
El fin de la ‘ansiedad por autonomía’
Según el mencionado portal, sus datos de registros (en Estados Unidos) han reveleado que de los 17.000 coches eléctricos contactados, casi la mitad de sus propietarios han reconocido una disminución o incluso supresión por completo de esta ansiedad que sí tenían de forma previa a la adquisición de su vehículo eléctrico.
Dicha recuperación se ha dado después de utilizar el coche eléctrico de forma regular en el día a día, tanto para hacer recorridos rutinarios al trabajo o las compras, como llevar a cabo algún viaje largo. Según apunta el informe, el 78% de los encuestados aseguran que la ansiedad disminuye cuanto más conducen sus vehículos. Ello les ha llevado a un aprendizaje continuo donde saben que no es necesario poner a cargar el coche cuando queden 100 kilómetros de rango restante “por si no llegas”, sino que se puede apurar mucho más esta cifra, dando así como resultado una mayor tranquilidad para el usuario y sus ocupantes.
El mismo estudio hace referencia a otras encuestas previas, donde buena parte de los clientes potenciales de coches eléctricos (el 76%) afirman no hacer el cambio porque les preocupa la autonomía. Por contra, el 59% de los conductores actuales de estos modelos cero emisiones aseguran no tener preocupación de ningún tipo.
No obstante, el porcentaje restante de los encuestados sí afirman tener en ocasiones una cierta preocupación por la autonomía cuando hacen viajes largos. Esto es algo lógico, por otra parte, ya que en una conducción rutinaria de unos 50 kilómetros diarios, el usuario podrá llegar a casa y enchufar su coche eléctrico y obtener la carga gastada hasta ese momento. Pero cuando se realizan largos viajes de cientos de kilómetros, precisan de puntos de cargas fiables en el camino, algo que no siempre es así.
De forma paralela, Recurrent Auto también preguntó a buena parte de las personas cuántos años calculaban para la posible compra de un coche eléctrico. La mayoría de ellos apuntaron a una media no superior a los cinco años, un tiempo que ha disminuido notablemente con respecto a las encuestas anteriores.