Para el año 2040, la mitad de las ventas totales y un tercio de la flota global serán coches eléctricos. Esto supone una enorme cantidad de baterías que, tras 10 años de servicio en el caso de los automóviles de uso particular y 4 años en el de los taxis y autobuses, tendrán que ir a parar a algún lugar una vez se termine su vida útil. Y los vertederos no son una buena idea. Por este motivo, diferentes empresas de la industria del automóvil ya se están preparando para dar a estos paquetes de celdas –que ya no pueden ofrecer autonomía suficiente a un vehículo pero que todavía tienen capacidad de almacenamiento– una segunda vida con la que seguir contribuyendo a una sociedad mejor, más limpia y más responsable.
Según David Stringer, analista de Bloomberg New Energy Finance, las baterías de iones de litio podrán seguir ofreciendo sus servicios entre 7 y 10 años adicionales una vez desmontadas de los bajos de un viejo vehículo eléctrico. Esto permitirá a las compañías generar una segunda fuente de ingresos y conseguir beneficios a través de la comercialización de un producto que ya vendieron una primera vez.
¿Pero cuáles serán los usos y aplicaciones que tendrán las baterías después del automóvil eléctrico? Gracias a que se pueden dividir en paquetes de celdas más pequeños o incluso combinarse para crear grandes sistemas de almacenamiento, las baterías de ion-litio podrán utilizarse para crear estaciones de almacenamiento de energía solar o eólica a nivel industrial, para gestionar la energía de edificios enteros de apartamentos o incluso para crear pequeñas estaciones de almacenamiento energético en hogares y oficinas que compran electricidad en los horarios en que es más barata para luego inyectarla a la red en las horas punta, cuando la demanda es mayor y el precio es mucho más elevado.
Nissan dará un segundo uso al coche eléctrico
En este sentido van los esfuerzos de Nissan para brindar al usuario del LEAF la posibilidad de gestionar la electricidad de nuestro hogar o empresa, como si de una gran estación de compra-venta de energía se tratase. Desde esta semana, el Nissan LEAF es el primer coche eléctrico en recibir la aprobación de los reguladores en Alemania para poder devolver energía a la red. Según anunció la marca japonesa el pasado martes, esto podría ayudar a atraer empresas a la movilidad eléctrica, de forma que se interesarían en utilizar esta tecnología en sus flotas corporativas con la finalidad de obtener un rendimiento económico adicional de sus coches. No es necesario mencionar que esta tecnología reduce considerablemente el cose total de propiedad de este tipo de vehículos, haciéndo todavía más atractiva su incorporación a las flotas de empresa.
El ecosistema eléctrico de Nissan, explicado mediante un infográfico.
La tecnología que hace esto posible, llamada Vehicle-to-grid (V2G), permite que la conexión entre el coche eléctrico y la red eléctrica sea bidireccional, lo que se traduce en que el vehículo recarga sus baterías cuando el coste de la energía es mínimo y más tarde, si las baterías cuentan con el nivel óptimo de carga, puede devolver de forma puntual la energía a la red para obtener un rendimiento económico o para alimentar las instalaciones y equipos del propio edificio donde se encuentra. Esto permitirá a los propietarios del Nissan LEAF, ya sean particulares o empresas, vender la energía que tiene almacenada en sus baterías a cambio de una compensación económica.
A partir de 2019, el objetivo de Nissan es llevar la tecnología V2G a empresas y corporaciones que cuenten con una flota superior a 60 vehículos, pues con tal cantidad de vehículos conectados a la red simultáneamente –o una gran parte de ellos– los resultados que se conseguirán a través de una optimización en la gestión de la energía pueden ser cruciales para acelerar la adopción del vehículo eléctrico. "Creemos fuertemente en un futuro libre de emisiones", dijo Guillaume Pelletreau, Director General de Nissan para la región de Europa Central. "Las baterías del LEAF pueden hacer una importante contribución en la transición energética en Alemania hacia un futuro sostenible", concluyó.
La clave está en divulgar las ventajas
Marta Marimón, Directora de Vehículo Eléctrico, Infraestructuras y Servicios Energéticos en Nissan Ibérica / J.J.Castells
Según Marta Marimón, Directora de Vehículo Eléctrico, Infraestructuras y Servicios Energéticos en Nissan Ibérica, "la tecnología de las baterías del vehículo eléctrico está ayudando al desarrollo de las energías renovables". El hecho de que un coche eléctrico pueda almacenar energía permite absorber los picos de demanda y "gestionar la energía de manera eficiente", de forma que "es vital poder devolver la electricidad a la red". A diferencia de países como Reino Unido y Alemania, "en España existen barreras" a la hora de inyectar energía a la red de forma remunerada, pero Marimón confía en que "pronto la legislación cambiará" y podremos recibir dinero a cambio de mantener nuestro coche eléctrico conectado.
Por otro lado, para posibilitar la gestión energética en los momentos en que nos encontremos fuera de nuestro domicilio, Nissan recientemente ha lanzado al mercado un nuevo producto llamado X-Storage. Se trata de un equipo de almacenamiento energético construido a partir de baterías reutilizadas del LEAF con el que propietario de un vehículo eléctrico, en combinación con placas solares instaladas en su domicilio, "será el gestor de su propia energía". Gracias a la batería X-Storage podremos almacenar los picos de energía renovable generada por los paneles fotovoltaicos y más tarde, una vez lleguemos a casa, utilizarla para recargar nuestro coche eléctrico. Marimón concluye que "en España hay un gran desconocimiento de las bondades de esta tecnología", tanto que "hay quién cree que este tipo de sistemas están prohibidos", pero almacenar nuestra propia energía y autogestionarla no solamente es completamente legal, sino que es una forma inteligente de dar un segundo uso a las baterías del coche eléctrico y a la vez ahorrar dinero.
El nuevo Nissan LEAF, junto al sistema X-Storage.