Al cierre de 2023, en su Barómetro de Electromovilidad, ANFAC señala un repunte en la infraestructura de puntos de recarga en España; "el mayor crecimiento anual" desde la publicación de la primera edición en 2019. Al cierre del año pasado España contaba con 29.301 estaciones de carga de acceso público para vehículos eléctricos. Aunque esto representa un incremento de 11.173 puntos en comparación con el año anterior, aún está por debajo del objetivo establecido de 45.000 puntos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) y en la estrategia Fit for 55 de la Unión Europea
Además, el informe también destaca que un análisis detallado de los datos (procedentes de fuentes privadas como Electromaps) y que descarta aquellos puntos de recarga de acceso público que no están operativos y que no permiten carga simultánea revela una realidad de nuestra red: la escasa fiabilidad.
Las procesiones de Semana Santa
Esta Semana Santa hemos podido ver, probablemente por primera vez en España, algo que en algún momento fue noticia en países tan afines a la movilidad eléctrica como Noruega: colas en los supercargadores de Tesla. En concreto, en las redes sociales destacaban dos estaciones situadas en la A-31: La Gineta y la Atalaya del Cañavete, con 8 y 10 puntos de recarga respectivamente. Las fotos y los vídeos muestran largas colas de propietarios de Tesla esperando su turno para recargar.
Además de las imágenes, los usuarios reportaban fallos en dos de los supercargadores de la Gineta y bajadas de potencia por la acumulación de coches cargando simultáneamente. En este punto hay que recordar que los supercargadores con tecnología V1 y V2 de Tesla sí reparten la potencia de carga (ambas estaciones cuentan con estos puestos), cosa que no hacen los V3 y los V4, más modernos.
Colas de 2 horas en supercargadores de Tesla
— SocialDrive (@SocialDrive_es) April 1, 2024
📹 #A3 Cuenca pic.twitter.com/BuilhCgC1F
Ahora peor en Atalaya del Cañavate. 5 coches esperando por delante mío y 4 por detrás… pic.twitter.com/pfpQJ9AqzB
— Gonzalo Ruiz de Villa (@gruizdevilla) March 30, 2024
Las reflexiones sobre la infraestructura de recarga en España
En primer lugar es importante destacar que este problema solo ha ocurrido en los supercargadores de Tesla. No se ha dado en las otras redes de carga como Ionity o Zunder. Esto ocurre porque, como describen los datos de ventas, Tesla es la marca que más coches eléctricos vende en España (y en el mundo) y tiene asociada la red de recarga más extensa y fiable de cuantas existen.
Si bien recientemente Tesla ha abierto parte de su red de supercargadores para el uso de otras marcas, la mayor demanda de recarga la reciben de sus coches. También es cierto, que todos los Tesla pueden, además, recargar en cualquier punto de recarga de otros gestores. Pero no suelen hacerlo.
Hay varias razones para ello. Una de ellas es el coste de la recarga, mucho más barata en los puntos de su red. Pero no es la más importante. También lo es la sencillez del proceso. Mientras que en la red de Tesla no tienen que hacer nada, salvo enchufar el coche, en el resto es necesario descargar la app de cada una de las redes, crear un usuario, iniciar sesión, introducir la tarjeta de crédito y esperar a que todo funcione.
Otra virtud que hay que añadir a la red de Tesla es que el navegador del coche dispone de toda la información sobre cada supercargador. Eso permite generar la ruta en función de su ubicación y también de su estado, tanto si funcionan como si están ocupados y por cuanto tiempo. Esto tiene como consecuencia primero la reducción del tiempo de espera y segundo la confianza en que todo va a funcionar correctamente, puesto que la tasa de éxito de las recargas en esta red es superior a la del resto.
Motivos todos ellos que suman a la hora de que en un viaje el conductor de un Tesla prefiera utilizar un cargador de la propia compañía a uno externo. De hecho, cerca de las estaciones donde esta Semana Santa se han sufrido estos problemas hay cargadores de Zunder (6 puntos) y de Ionity (2 puntos), que no sufrieron, que se sepa, ningún tipo de colapso.
A la demanda de los propios usuarios de Tesla habría que unir la de los que disponen de un coche de otra marca. Ambas estaciones que presentaron este problema admiten la recarga de cualquier marca de vehículo eléctrico, lo que aumenta su demanda y la posibilidad de sufrir largas colas.
La fiabilidad de la red
Según el citado informe sobre electromovilidad, por encima de la escasez de puntos de recarga, que depende de cada territorio y es variable en función de la percepción de cada uno, en España el desafío radica en la fiabilidad y distribución de estos enchufes.
En nuestro país, existen 29.301 puntos de recarga. A finales del año pasado, se estimaba que circulaban algo más de 183.000 coches eléctricos. Es decir, menos de ocho coches por cada punto de recarga disponible en el mercado. Una cifra que no parece suficiente para saturar la red. Para cumplir con los plazos previstos deberíamos alcanzar al menos 45.000 puntos de recarga.
Sin embargo, según Anfac, hay 7.000 enchufes que no están en funcionamiento, uno de cada cuatro. Hace un año, se estimaba que había 40.000 solicitudes para abrir puntos de recarga que estaban en un estado burocrático incierto. Estos puntos no habían recibido la aprobación para operar y tampoco sabían cuándo podrían comenzar a hacerlo.
Ante esta situación, lo que se puede deducir es que un conductor de un vehículo eléctrico valorará probablemente más la fiabilidad de la recarga que la abundancia de puntos, puesto que muchos que no funcionan y hacen frustrantes los viajes.
La infraestructura de recarga rápida en carretera debe crecer. Debe hacerlo con puntos que ofrezcan potencias superiores a los ya obsoletos 50 kW. Un mínimo de 100 o 150 kW es lo deseable y alcanzar los 250 kW debería considerarse casi un estándar. Finalmente, se debería pasar a los 350-400 kW de las estaciones más potentes que permite hoy el protocolo CCS.
Pero, mientras esto llega, será necesario que cada conductor planifique su viaje con antelación. Para ello necesita saber qué puntos se encontrará en la ruta y, sobre todo, si están operativos. No hay nada más frustrante que tener poca autonomía en la batería, llegar a un punto de recarga que solvente este problema y que no funcione. Los gestores de las redes de recarga deben ponerse las pilas para facilitar el viaje a los conductores manteniendo e informando del estado de sus puntos y haciendo realidad todos los que prometen para los próximos años.