Los asientos que se emplearán en los coches eléctricos y autónomos que dominarán las calles en un futuro no muy lejano habrán sufrido una evolución que, a día de hoy, pocos pueden imaginar. Y no se trata solamente de aplicar un diseño lujoso y llamativo y permitir que los pasajeros se reclinen hacia atrás para descansar, sino que los nuevos asientos que propone la industria cambiarán la forma en que se diseña un automóvil y los llevarán a parecerse a los de la clase business de la mayoría de aerolíneas.
Detlef Juerss, director técnico del proveedor de asientos Adient, asegura que la tendencia se acelerará a medida que los coches autónomos vayan ganando terreno en la industria. "Conseguir funcionalidades similares a las de un buen asiento de la clase business es un gran desafío", aseguró en declaraciones a Automotive News. "El reto será dar a los asientos de los vehículos las funcionalidades y el control que necesitarán los automóviles en la nueva era". Según el directivo, los asientos con mejores acabados, mayor lujo y más funciones no solamente serán habituales en las marcas premium, sino que también llegarán a los fabricantes generalistas.
Según Juerss, existen numerosos elementos y detalles en los que los asientos de los automóviles convergerán con los de los aviones:
Los cinturones
Mientras que los coches autónomos se encargarán de prestar atención a la carretera y conducir, los usuarios querrán desplazarse por el habitáculo y cambiar la orientación de sus asientos. Esto provocará que los cinturones ya no vayan anclados al pilar "B" del coche, sino que saldrán del propio asiento para facilitar una mayor movilidad.
Los anclajes
Mientras que los cinturones se anclarán a los asientos directamente, los asientos harán lo propio al suelo del habitáculo. En cambio, los pasajeros de un vehículo completamente autónomo querrán desplazar sus asientos, cambiando su ubicación en la cabina. Esto provocará que los constructores de automóviles de planteen nuevas soluciones para hacer compatibles los anclajes y raíles móviles con las baterías que se alojan normalmente en el suelo del vehículo.
Los materiales
Un importantísimo factor a tener en cuenta en los vehículos autónomos es que estarán diseñados para ser cometidos a un uso intensivo. Mientras que los coches privados se pasan un 95% de tiempo estacionados, los autónomos serán de uso público y estarán la mayor parte del tiempo en circulación. Esto requerirá que la calidad de los materiales y su resistencia sea mucho mayor, especialmente la de las telas y costuras. El hecho de que decenas de usuarios entren y salgan del vehículo todos los días provocará que los asientos se puedan limpiar y sustituir con mayor facilidad.
El peso
La llegada de sistemas propulsores alternativos premiará en mayor medida la ligereza de los vehículos con una mejor eficiencia energética. Este hecho provocará que las marcas prefieran los asientos con un diseño y materiales más ligeros. "En la actualidad dedicamos entre un 10% y un 20% del presupuesto de I+D a reducir el peso de los asientos", dijo Juerss.
Para terminar, Juerss asegura que "no importa quién o qué conduzca los coches, que estos seguirán teniendo asientos". La industria automotriz se enfrenta a una era de cambios profundos, pero si algo está claro es que los asientos no tienen peligro de quedar obsoletos.