Volkswagen está atravesando una etapa muy complicada. Si bien las ventas y los beneficios son positivos, la estrategia eléctrica acelerada les ha metido en un problema del que ahora están intentando zafarse. El ex CEO del conglomerado, Herbert Diess, impulsó una estrategia que todavía no está dando los resultados esperados. Las ventas de eléctricos no satisfacen las necesidades de la marca y, por eso, es necesario reconducir el rumbo. Oliver Blume, el nuevo máximo responsable del grupo, está trabajando en ello y tiene muy claro que hay ciertas cosas que no se pueden tocar, el Golf es una de ellas.
Cuesta crear una imagen tan particular y excepcional como la que tiene el Golf en todo el mundo. El rey de los compactos, el génesis del sector, lleva ya casi 50 años entre nosotros. Lanzado originalmente en el año 1974, se ha convertido, por derecho propio, en una leyenda. Es la referencia de la categoría y una marca en sí misma dentro del vasto imperio del Grupo Volkswagen. Tras haber confirmado que la saga seguirá viva para una nueva generación, ahora todo el mundo se plantea cómo será el cambio a la era eléctrica.
Thomas Schaefer, director de Volkswagen, se alinea completamente con Blume para reconocer al Golf como un modelo vital para los años venideros. El nombre no va a desaparecer, algo que muchos temían, pero obviamente tendrá que adaptarse al nuevo horizonte de cero emisiones que plantea Europa. “Está claro que no renunciaremos a nombres icónicos como Golf, Tiguan y GTI, sino que los transferiremos al mundo eléctrico”, ha comentado Schaefer al medio Automobilwoche, “pero con el Golf en particular, tiene que encajar en los genes”.
Actualmente el ID.3 se establece como la alternativa eléctrica al clásico compacto. Sin embargo, los conductores europeos no aceptan ese cambio al perderse parte de los valores clásicos del Golf. Tuvo un inicio complicado por la calidad de sus acabados interiores y un software aun por desarrollar. Volkswagen ya ha solucionado estos problemas en una reciente actualización del modelo, pero le sigue costando asociarlo con el rey de los compactos. Sin ser un éxito como otras generaciones, la octava edición sigue teniendo más tirón que el ID.3. La forma clásica del compacto debe ser replicada en su versión eléctrica.
La plataforma MEB no parece permitir la adaptación, o no al menos en los estándares que todos pensamos. Habrá un Golf eléctrico, de eso no cabe duda, pero no será inmediato ni se usará el nombre en cualquier producto que no satisfaga las necesidades de los exigentes clientes. Como mínimo, habrá que esperar al 2028 para conocer a la siguiente generación del Volkswagen Golf que estará apoyada sobre la plataforma SSP, algo que ha confirmado el propio Schaefer. La polivalente estructura será capaz de adaptarse a diferentes formatos, marcas y vehículos, contando con la última tecnología de baterías del momento.
Hoy, el Golf está considerado como un coche caro y muchos rivales le han ganado terreno, principalmente modelos híbridos como el Corolla. Los alemanes ya están trabajando en un restyling del actual Golf que veremos en 2024 y que será, muy posiblemente, el último Golf de combustión de la historia.