Desde la puesta en marcha del Brexit de Reino Unido, la Unión Europea ha tenido que reformular acuerdos con el territorio británico y, entre otras cosas, sólo tienen asumir una tasa del 10% a la hora de transportar los coches que fabrican a algún punto del continente europeo. Que el Gobierno inglés se haya negado a aumentar los aranceles a los coches chinos, hace que el país sea una puerta de entrada 'idónea' para los fabricantes del país asiático.
La razón es que las marcas chinas podrían utilizar Reino Unido como trampolín hacia Europa, sin tener que asumir los nuevos aranceles. Recordemos que desde el 5 de julio, Bruselas ha aumentado la tasa de derecho de importación un 17,4% a BYD, un 19,9% a Geely y un 37,6% a SAIC, esta última con la penalización máximo por no haber colaborado con la investigación de las autoridades europeas.
Todo está relacionado con el Brexit
Y estos porcentajes hay que sumarlos al del 10% ya existente, por lo que el fabricante propietario de MG (SAIC) está asumiendo ya unas tasas del 47,6%, cuyos efectos podremos ver en los próximos meses.
De ahí que, especialmente a SAIC, le venga bien el hecho de que Reino Unido no acompañe a la Unión Europea en el aumento de los aranceles, por lo que sólo tendrían que aplicarle el 10% a los vehículos eléctricos o híbridos que quieran llegar a territorio británico, para posteriormente trasladarlos a otros país europeo.
Así lo dicta el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Reino Unido, aunque hay que cumplir una serie de criterios, no vale para cualquier fabricante. De hecho, para que lo citado anteriormente sea posible, como mínimo el 45% del coste de las piezas que incorpore el automóvil tienen que haberse fabricado en suelo inglés.
Eso reduce las opciones, pero no para SAIC, pues ya produce allí, y tiene una importante sede para su marca MG, que en sus orígenes fue de propiedad inglesa.
Parte del coche tiene que estar hecho en territorio británico
Además, el escenario abre la puerta a la apertura de nuevas plantas de producción, no sólo de SAIC, sino que también de otros fabricantes chinos que quieran escapar de los aranceles europeos con esta maniobra.
Hay que tener en cuenta que, sólo poniendo en marcha una fábrica de paquetes de baterías para vehículos, ya se estaría cumpliendo con la condición de que casi la mitad del valor de los componentes del vehículo se produzcan en Reino Unido.
También cabe esperar que algunas marcas recurran al 'truco' de trasladar los coches por 'kits' y ensamblarlos en espacio británico, que de hecho es algo que hacen ya algunos fabricantes.
