Las estaciones de servicio que actualmente se encuentran ubicadas en las carreteras están condenadas a transformarse o a desaparecer. Los vehículos eléctricos acabarán siendo sus únicos clientes y por eso deben comenzar abordar su futuro con la vista puesta en la recarga ultrarrápida y en los servicios energéticos. John Tuccillo, director de sostenibilidad y energía de ADS –TEC Energy, una empresa alemana con más de diez años de experiencia en sistemas descentralizados de energía, le ha explicado a Electrek que necesitan estos establecimientos para reinventarse y convertirse en estaciones de carga ultrarrápidas para vehículos eléctricos.
El auge de los vehículos eléctricos está advirtiendo a las estaciones de servicio que tienen una oportunidad de convertirse en un negocio más atractivo y de atraer a los clientes como un destino deliberado y no como uno improvisado. Tuccillo cita un estudio reciente de McKinsey que anima a las empresas minoristas de combustibles a buscar oportunidades de crecimiento aumentando el uso de sus propiedades inmobiliarias y recomendándoles que renueven las operaciones ingresando en el negocio de la carga de vehículos eléctricos.
Una transición necesaria
La demanda de recarga de los vehículos eléctricos crece a la par que sus ventas en el mercado, tanto en el segmento de los pasajeros como en el de las flotas. El apoyo de los gobiernos y el creciente aumento de los precios de la gasolina y el diésel juegan además a su favor. Los desafíos clave a los que se enfrentan las estaciones de servicio son los costes de transformación del negocio, el espacio necesario y la posible interrupción de su actividad actual mientras se lleva a cabo la instalación.
Según explica Tuccillo, la forma más fácil de hacer la transición hacia una estación de carga rápida es probarlo: si el espacio es limitado, la mejor idea es quitar un dispensador de combustible y reemplazarlo por uno punto de recarga, interrumpiendo lo menos posible el negocio principal. Lo que no hay que dejar de lado es que estos puntos de recarga deben ser capaces de ofrecer recarga ultrarrápida (que actualmente puede llegar a alcanzar hasta los 400 kW de potencia) para que los clientes no tengan que esperar una hora o más en el establecimiento. Si bien ese tiempo puede ser atractivo para las operaciones de la tienda local, los clientes no lo aceptarán ni tampoco permitirá un flujo de visitas que genere ingresos.
La alternativa de las baterías de respaldo
Por otro lado, instalar puntos de recarga con tecnología ultrarrápida conlleva algunos desafíos técnicos y económicos. La infraestructura existente en la mayoría de las ubicaciones de las estaciones actuales requerirá una revisión eléctrica importante para admitir esta potencia de recarga. A menos que la gasolinera se encuentre situada en una autopista de un importante corredor, probablemente tenga una capacidad limitada para acceder a las líneas eléctricas de alta potencia necesarias para ofrecer la carga ultrarrápida. Además, para lograrlo, requerirá obtener permisos, contratar un equipo, cavar las trincheras y tirar las líneas eléctricas, lo que se traduce en mucho dinero y bastante de tiempo.
Sin embargo, Tuccillo pone sobre la mesa una alternativa más razonable que permite instalar cargadores ultrarrápidos en el espacio existente de una estación de servicio: la tecnología de batería de respaldo. Esta opción combina almacenamiento de energía y cargadores de vehículos eléctricos. El búfer de almacenamiento con entrada a potencias de hasta 110 kilovatios permite niveles de salida de hasta 320 kW. Esta potencia implementada tanto en el punto de recarga como en el coche eléctrico, posibilitará que la batería de un vehículo promedio pueda cargarse hasta el 80 % en menos de 10 minutos. Incluso redes de entrada más baja (50 kW) también podrían ofrecer estos niveles de velocidad de carga, puesto que la gestión de la potencia de salida se realiza entre las baterías y el punto de recarga sin depender de la red eléctrica.
Estaciones de servicio "ejemplares"
Como ejemplo de esta transformación Tuccillo afirma que su empresa está vendiendo su tecnología de carga ultrarrápida y baterías a través de intermediarios para las estaciones de servicio de Europa y pronto en Estados Unidos. "De hecho, acabamos de anunciar una asociación estratégica con JOLT Energy, que en 2022 instalará 120 cargadores ultrarrápidos de ADS-TEC Energy en 60 ubicaciones de ESSO (ExxonMobil) en ciudades alemanas clave".
Tuccillo afirma que su empresa ya ha tiene una experiencia suficiente como para disponer de una lista de las mejores prácticas. Cuando el espacio es escaso, como sucede en la mayoría de las estaciones de servicio europeas, la facilidad y el menor coste de la opción que ofrecen las baterías y los cargadores se convierte también en la más atractiva. Además, la minimización del espacio requerido y la flexibilidad de un sistema que permite ampliaciones modulares "es una receta para el éxito".
Así, por ejemplo, el ChargeBox Booster que comercializa ADS-TEC Energy incluye las baterías y la gestión de la potencia de salida. "Es silencioso y se puede esconder fácilmente detrás de un edificio o colocarse en una ubicación discreta lejos de los dispensadores de carga. En algunas localidades metropolitanas, el ruido de los cargadores convencionales ha sido un problema y ha habido muchas demandas contra los operadores asociadas a él", afirma Tuccillo.
Una gran ventaja para el operador de la estación de servicio es que el conductor de un vehículo eléctrico queda "cautivo" durante un cierto período de tiempo que generalmente está alrededor de los 10 a los 20 minutos. "Este es un beneficio real para la tienda de conveniencia en el lugar, ya que el conductor la visitará, incrementando la probabilidad de que realice una compra o tome un café o un refrigerio".
Las barreras
Para Tuccillo, el desafío central es la disponibilidad de energía adecuada en la ubicación de la estación. Hoy en día, la mayoría de las estaciones de servicio no reciben acometidas de 300 kW de potencia. Es más probable que lleguen a los 110 kW o incluso a los 50 kW.
Durante generaciones, los conductores se han acostumbrado a encontrar una estación de servicio fácilmente, relativamente cerca y a obtener una experiencia de reabastecimiento de combustible rápida. Más allá de la ansiedad de la autonomía, es comprensible que ahora, con vehículos eléctricos con capacidades de batería muchos más grandes, la preocupación de estos se traslade a los tiempos de recarga.
Para que las estaciones de servicio continúen brindando esa misma comodidad en un escenario dominante de vehículos eléctricos, las estaciones deben poder proporcionar carga ultrarrápida con el mismo nivel de fiabilidad y facilidad de acceso a la ubicación que hasta ahora. La tecnología de las baterías de respaldo hace que esto sea posible utilizando la energía actual de la ubicación.