El proveedor alemán ZF ha presentado un nuevo Sistema de Gestión de Energía (EMS) que integra todos los sistemas de un vehículo comercial electrificado, de manera que es capaz de tener en cuenta la gestión de energía de cada componente en función de la ruta programada. La integración de todos los sistemas bajo el control de un mismo cerebro permite aumentar la eficiencia general del conjunto, lo que tiene consecuencias directas sobre la autonomía y la vida útil de la batería.
Un EMS es un sistema de gestión energética asistido por ordenador que utilizan los operadores de servicios públicos para supervisar, controlar y optimizar el rendimiento general del servicio. Según ZF, el suyo puede controlar todas las unidades auxiliares de un vehículo, como son los compresores de aire, las bombas de dirección y el sistema de gestión térmica, coordinándolos con los requisitos de energía del sistema de propulsión.
Al adoptar un enfoque integrado para el control del vehículo, se aumenta la eficiencia general, con un efecto directo sobre la autonomía y la vida útil de la batería. En particular, ZF ofrece el EMS como un complemento para los sistemas de propulsión eléctrica de vehículos comerciales que ya produce en serie en sus instalaciones.
Según explica Winfried Gründler, responsable de la movilidad eléctrica en la división de tecnología de vehículos comerciales de ZF, “solo un enfoque integrador de este tipo hace posible aumentar aún más la eficiencia de los vehículos eléctricos”, lo que ilustra la importancia estratégica que tiene el software para la movilidad de los vehículos eléctricos de próxima generación.
Gracias a la función ePreVison, el software de control tiene en cuenta el perfil topográfico de la ruta de un vehículo y es capaz de coordinar los requisitos generales de energía. Por ejemplo, cuando el tramo que está por llegar es una larga cuesta abajo, el compresor del aire acondicionado deja de solicitar energía de la batería para emplear la que se recupera mediante el sistema de regeneración. El EMS también puede hacerse cargo de la gestión de la recarga del vehículo, de la que también se pueden obtener ventajas de las funciones predictivas. Por ejemplo, si un vehículo arranca su recorrido en un tramo cuesta abajo, las baterías no se recargarán completamente para aprovechar la energía que se recuperará en él.
Si el estado de carga de la batería disminuye durante un viaje largo, el EMS priorizará los sistemas para aportar energía a aquellos cuyas necesidades sean más esenciales y reducirá la que se envía a las unidades auxiliares, de manera que es posible ampliar el alcance del vehículo. Dado que el EMS comprueba continuamente el estado funcional de todos los sistemas, se simplifica el diagnóstico interno y también se facilita el mantenimiento preventivo.
“Con este sistema, nos dirigimos a los fabricantes de autobuses y camiones que no pueden desarrollar su propio EMS o quieren usarlo de manera diferente”, agrega Gründler. "Los propietarios de flotas y las autoridades de transporte, se benefician cuando solo un sistema como este asume la responsabilidad general de la gestión energética de un vehículo".