Italia, Portugal, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia han presentado una propuesta conjunta para aplazar cinco años el fin de los vehículos con motor de combustión, del 2035 propuesto por la Comisión Europea al 2040.
Italia y otros cuatro países han planteado un desfase de cinco años para los turismos, de tal manera que establecen un objetivo de reducción de emisiones del 90% en 2035 y del 100% en 2040. En el caso de los vehículos comerciales ligeros han propuesto que los objetivos de reducción de emisiones se fijen en el 45% para 2030, el 80% para 2035 y el 100% en 2040.
En una carta conjunta presentada el pasado viernes en una reunión a nivel de embajadores, los cinco países han instado al resto de Estados miembros a crear un periodo de transición para no generar "costes desproporcionados e innecesarios para la industria de la automoción y los consumidores".
En julio del pasado año, la Comisión Europea propuso que a partir de 2035 no se puedan vender turismos ni furgonetas nuevos con motores de combustión, es decir, los vehículos de gasolina, diésel, gas o híbridos. Una propuesta que resultó respaldada, a principios de este mes, por la Eurocámara.
Respecto al mecanismo de incentivos para vehículos de emisión cero y baja (ZLEV, por sus siglas en inglés) que Bruselas propuso retirar en 2030, los cinco países proponen que se realice un seguimiento y una evaluación en 2028 para revisar su eficacia en lugar de retirarse directamente en la fecha acordada.
En la carta, los cinco Estados miembro argumentan que hay "barreras" para alcanzar una movilidad cero emisiones, como la expansión de la red de recarga eléctrica, el desarrollo de una "industria europea de baterías", establecer incentivos adecuados a la producción de vehículos cero emisiones o la "adaptación del sector de la automoción" que tendrán que cambiar su red de aprovisionamiento de componentes así como adaptar la formación de sus trabajadores.
Además, la carta hace una mención específica a las furgonetas y señala que su electrificación y desarrollo requiere de tiempos de producción más largos y que es necesario "garantizar la igualdad de condiciones entre fabricantes de los vehículos ligeros", de tal manera que se reparta entre ellos la reducción de emisiones y no perjudique a los productores "de furgonetas más pesadas".
Italia y otros cuatro Estados miembro advierten del impacto para las pequeñas y medianas empresas de una transición acelerada, que les obligaría a modificar las características de sus vehículos y podría llevar a la pérdida de cuota de mercado, lo que tendría un impacto negativo en el empleo y en "el potencial de innovación".
Así, piden "una prórroga" para los pequeños productores, cuyo impacto ambiental es muy limitado ya que representan el 0,2% de las matriculaciones de automóviles nuevos en la UE, y el 0,3% de las matriculaciones de furgonetas nuevas en la UE.
Por último, estos cinco países han requerido que se contemple el uso de combustibles renovables para dar a los productores "la flexibilidad necesaria" sin incurrir en riesgos comerciales y evitar así situaciones de escasez de coches y furgonetas asequibles para uso privado o empresarial.