El ejercicio 2024 está siendo una auténtica prueba de fuego para todos los fabricantes, y Stellantis tiene un problema de solvencia importante con alguna de sus 14 marcas, que no son pocas.
Carlos Tavares, CEO del grupo automovilístico, no lo está teniendo nada fácil, y la realidad es que el optimismo de sus declaraciones de los últimos meses se ha ido tornando hacia un escenario menos alentador.
El tiempo y el dinero se acaban
Quizá todo tenga algo que ver con el hecho de que ya es pública su salida de Stellantis, pues no habrá renovación de su contrato como consejero delegado cuando finalice el próximo 1 de enero de 2026.
Como sea, lo cierto es que hubo un momento en el que todos entendimos que ninguna de las marcas de Stellantis estaba en venta, y que todas y cada una de estas tendrían al menos hasta 2031 para lograr obtener rentabilidad, en el caso de las que no lo están consiguiendo.
Se dijo en el momento de conformar el entramado bajo el que se amparan las 14 firmas, en concreto en 2021, cuando se puso en marcha la estrategia Dare Forward 2030, que ponía el citado plazo de diez años para que todas las marcas se pusieran al día.
No obstante, ahora lo que Carlos Tavares ha dejado caer en sus declaraciones durante el Salón del Automóvil de París 2024 es que habrá una revisión del plan establecido mucho antes de la finalización del mismo, y que en 2026 se podría tomar alguna decisión importante en cuanto a la venta de las firmas que no estén siendo rentables para entonces.
Hay varias marcas en el punto de mira, y no sólo en Europa
Tavares ha puesto sobre la mesa el hecho de que no hay dinero para mantener a flote más tiempo a aquellas marcas que gasten más dinero del que generan. Y eso hace que peligren Maserati, Alfa Romeo e incluso Lancia, pero más allá de las fronteras europeas también están en riesgo Chrysler y Dodge.
El tiempo dirá lo que ocurre finalmente.