El CEO de Stellantis ha vuelto a sorprender (o quizás ya no tanto) con unas nuevas declaraciones que han levantado polémica recorriendo las redes sociales. Carlos Tavares se ha dirigido a sus proveedores para advertirles que si quieren "arreglar el calentamiento global" tendrán que absorber su parte en los costes adicionales que conlleva la electrificación del automóvil. Tras asegurar que no es "el poli malo" que perseguirá a aquellos que no cumplan los requisitos exigidos, les insta a que culpen a los políticos como responsables del impulso de los vehículos eléctricos.
Como ya advirtió hace unos días durante la presentación de los resultados financieros del grupo, la electrificación supone un movimiento que implica un coste enorme para los fabricantes y para los proveedores. Fabricar un coche eléctrico cuesta entre un 40 y un 50 por ciento más que uno similar de combustión. Por eso, Tavares, en muchas ocasiones, no duda en arrojar un jarro de agua fría sobre la carrera hacia la electrificación, incluso cuando Stellantis ha presentado un plan, Dare Forward 2030, que deja claro que el futuro de su grupo de empresas está alimentado por baterías.
Esta posición tan pragmática le proporciona un telón de fondo para arremeter contra los políticos como responsables de los enormes costes que la industria tendrá que asumir y para pedirles colaboración y responsabilidad en sus decisiones. Si bien Stellantis invierte decenas de miles de millones de euros en sus vehículos eléctricos y elabora estrategias sólidas para su comercialización, Tavares advierte que su grupo debe incrementar su productividad en los próximos años para compensar los gastos adicionales que conlleva desarrollarlos y fabricarlos en lugar de continuar con los modelos de gasolina convencionales.
Por eso, Tavares dice que los proveedores también tendrán que absorber estos costes adicionales e insiste en que no deben culpar al fabricante de automóviles. La responsabilidad, dice, recae en los políticos que han incitado a la industria a adoptar vehículos eléctricos. "No es porque seamos el policía malo", aseguró Tavares a Automotive News, "es porque vemos la magnitud del desafío".
Para el dirigente, Stellantis y sus proveedores están juntos en este viaje y cuanto antes trabajen para encontrar oportunidades para reducir y absorber costos de manera cooperativa, mejor. El grupo automovilístico ya está buscando formas de ahorrar dinero instando a los proveedores a transferir a sus precios cualquier ahorro que logren en su cadena de producción. "Puede que no les guste el hecho de que seamos demasiado francos o demasiado transparentes", dijo, "pero en cierto modo, deberían estar expresando algo de gratitud por el hecho de que les estamos haciendo una llamada de atención temprana para que se preparen".
Mientras el mensaje cala en los proveedores que deben decidir si aceptarán colaborar con la carga que supone un incremento de costes de los vehículos eléctricos, Tavares asegura que todo se reduce a esta pregunta: "¿quieren arreglar el problema del calentamiento global o no?". Para "ayudar a la Tierra", dijo, los fabricantes de automóviles tendrán que vender un gran volumen de productos con menores emisiones, y será fundamental mantener el precio de esos vehículos dentro de los presupuestos de los consumidores.
"Si no quieren enfrentar esta realidad, entonces no puedo ayudarles porque tendré que encontrar una solución para mi empresa", explica Tavares. "Hay una distancia muy corta entre ser sincero acerca de aportar tu parte justa para solucionar el problema del calentamiento global y encontrar ideas para reducir los costes y proteger la asequibilidad de la clase media para que el impacto en el planeta sea fuerte".