Toca decir adiós al apellido californiano que siempre ha acompañado a Tesla. Tras toda su carrera, la compañía deja atrás el Estado de California para mudarse a la ciudad de Austin, en Texas. Los motivos que ha dado el propio Elon Musk son diversos, pero sobre todo el cambio viene provocado por la dificultad de crecimiento en la sede de Palo Alto, una zona cada vez más congestionada de empresas.
El cambio ha sido anunciado por Elon Musk durante la Junta de Accionistas realizada esta misma semana: «Estoy emocionado de anunciar que trasladaremos nuestra sede a Austin, Texas». La mudanza puede que pille sorprendido a más de uno, pero la realidad es que Tesla tiene muchos intereses centrados en la nueva Gigafactoría del estado de la estrella solitaria. Aunque la planta todavía no está terminada, pronto lo estará.
La planta de Austin será un punto muy importante para la compañía. A pesar de ciertos retrasos acumulados en su construcción, las instalaciones no solo fabricarán unidades del Tesla Model Y; se espera que para finales de año ya esté en marcha también la fábrica donde se produzcan las baterías 4680, aunque en ese caso la fecha todavía está muy lejos de concretarse.
Aunque Tesla haya decidido realizar este cambio de hogar, no quiere decir que se deshaga de las instalaciones de Fremont y Nevada. Ambas instalaciones seguirán plenamente operativas, y de hecho se ha anunciado que se planea aumentar la capacidad de ambas fábricas. Sin embargo, la compañía ha reconocido que es muy difícil escalar en el Área de la Bahía. La ubicación de la fábrica de Austin ya fue concretada pensando en este hecho, y de ahí el cambio.
A ese hecho se ha sumado la dificultad de alquiler para muchos trabajadores. Los precios en la zona de la bahía están completamente disparados desde hace años. Eso obliga a que muchos empleados tengan que alejarse de la fábrica para poder encontrar viviendas más razonables. Hasta ahora Tesla había hecho lo imposible para aguantar, pero ya no resultaba viable mantener la sede en el Estado de California.
Tal y como ha comentado el propio Elon Musk: «Es difícil para la gente pagar una casa y mucha gente tiene que venir de lejos. Llevamos esta situación lo más lejos posible, pero hay un límite en cuanto a cuánto se puede escalar en el Área de la Bahía. En Austin la fábrica está a cinco minutos del aeropuerto y a 15 minutos del centro de la ciudad».
Desde el estallido de la pandemia de COVID-19, el CEO de la compañía se ha mostrado muy contrariado con las políticas llevadas a cabo en California. Muchas veces ha criticado la dureza de las medidas tomadas para paliar los efectos de la pandemia, llegando a tildar de "fascistas" y "encarcelamiento forzado" las normativas de confinamiento del año pasado. De hecho, en mayo de 2020, Elon Musk ignoró las órdenes del condado de Alameda para cerrar las instalaciones de Fremont como medida contra el coronavirus.