La seguridad en la carretera es algo que obsesiona a todos los fabricantes. El horizonte de cero fallecidos en accidentes de tráfico parece imposible, pero cada vez está más cerca. Los fabricantes implementan sistemas para garantizar la máxima seguridad, incluido Tesla, que trabaja para seguir siendo una de las empresas que fabrica los coches más resistentes y seguros. ¿Su secreto? Aprender de la información que recibe.
Actualmente la compañía americana tiene más de un millón de vehículos desplegados por el mundo. Cada uno de ellos recoge y almacena ciertos datos relativos a la conducción. En caso de accidente, Tesla registra diferentes parámetros que son transmitidos a la central para su posterior estudio y análisis. El objetivo es detectar posibles puntos débiles y corregirlos con la intención de hacer coches más seguros.
Si echamos un vistazo a los diferentes resultados de seguridad de Estados Unidos o Europa, realizados por Euro NCAP, vemos que cualquier modelo de Tesla siempre se sitúa como uno de los mejores. Y ahora, gracias a un vídeo de su propio laboratorio de pruebas de choque podemos descubrir cual es el secreto de semejante recompensa. Un centro similar al que poseen los grandes fabricantes de la industria.
Históricamente la mejor manera de fabricar un coche ha sido mediante pruebas estándar. Esas pruebas en realidad solo son un grano de arena que trata de replicar una playa completa. Sin embargo, la playa es mucho más grande e infinitamente compleja. Cada choque, cada colisión y cada accidente son diferentes, y de ahí la obsesión por estudiar y replicar los más importantes. De cada uno se aprende una nueva lección cuyo objetivo es hacer coches más seguros.
En el vídeo podemos ver que Tesla cuenta con instalaciones de primer nivel donde poder llevar a cabo las pruebas. Plataformas autopropulsadas, muros de impacto, cámaras, acelerómetros e incluso los imprescindibles dummies. Todo lo necesario para completar estudios de seguridad con gran parecido a cómo se produjeron en el mundo real, donde la teoría acaba enfrentándose con la realidad.
Tesla afirma que en apenas 10 milisegundos es capaz de detectar el tipo de choque que se está produciendo, y hacer reaccionar al airbag en consecuencia a él. En todo momento el ordenador de a bordo registra la posición exacta del volante y el asiento, y con esos datos la respuesta de los elementos de seguridad varía en función del tipo de accidente que se esté produciendo. No hay nada mejor que saber las consecuencias de un impacto para actuar ante él.
Tesla considera esto como algo novedoso, una "primicia mundial". Muchos fabricantes pelean por conquistar las posiciones más altas en materia de seguridad. A lo largo de la historia del automóvil se han sucedido muchas innovaciones que han cambiado la industria, como el cinturón de seguridad, el airbag, el ABS o el ESP. Cada paso que se dé en esa dirección nos acerca más al objetivo de cero fallecidos en accidentes de tráfico.