Que China está acaparando un enorme interés sobre el mercado de los coches eléctricos no es ningún secreto. Son muchas las firmas originarias del país asiático que están emergiendo en los últimos años con destino Europa u otros países y regiones del mundo. Según un informe publicado por Jato Dynamics, las unidades salidas desde fábricas chinas rozan ya el 60% del mercado mundial.
En la actualidad estamos viendo cómo las marcas más clásicas están evolucionando hacia un nuevo espectro mecánico dominado por los motores eléctricos y las baterías de alta capacidad. En este sentido y origen oriental, llegan marcas nuevas para los europeos que se presentan como auténticas alternativas reales gracias a importantes avances tecnológicos en la mayoría de apartados, incluido el de su mecánica "cero emisiones".
Según un informe emitido por la consultora Jato, las marcas chinas coparon el pasado 2021 el 45% de las matriculaciones mundiales sobre coches 100% eléctricos, lo que supone casi la mitad del mercado internacional.
Actualmente el mercado se encuentra todavía dominado por las mecánicas de combustión más clásicas, movidas por gasolina o diésel, pero los coches eléctricos han ido ganando terreno con el paso de los meses y actualmente acapara un 5,8% del total de ventas, alcanzando el pasado año 2021 casi 3 millones de unidades vendidas, lo que supone un incremento del 149% con respecto al año 2020.
El BYD Han EV es uno de los coches eléctricos chinos más exitosos.
Hace mucho que desde China se hizo una apuesta clara por instaurarse como la número 1 del mundo en producción y venta de coches eléctricos, ya fuese como fabricantes asentados o como meros suministradores de piezas y repuestos. Muchas son las marcas europeas que acuden hasta las fronteras del país chino para que sean estas las que suministran los diferentes dispositivos para sus modelos eléctricos, ya sean baterías o los propios motores. Empresas como CATL se encuentran a día de hoy en el pináculo del mercado de baterías, formando parte de muchas marcas de reconocido prestigio como Volkswagen.
Aunque aquí ya no solo podemos hablar de marcas de coches en firme o factorías de suministros de dispositivos, sino que firmas como BMW, Tesla o Polestar ya fabrican gran parte de su flota de eléctricos sobre el país oriental por diversos motivos, como sería el bajo coste de la mano de obra, el buen trabajo que llevan a cabo y las facilidades que proporciona el propio país a que fabricantes externos se decidan por plantar allí sus diferentes factorías. Detalles que hacen que difícilmente otros territorios como Europa o Norteamérica puedan dirimir batalla alguna contra China, en este sentido.
Si entramos en cifras específicas sobre producción de coches eléctricos por regiones, en China se acapara el 58% del total mundial, mientras que Europa o Estados Unidos se conforman con un 27% y un 11%, respectivamente. En cuanto al dominio de China sobre las diferentes mecánicas, su fuerza incide notablemente sobre el coche eléctrico, ya que acapara un 45% del total frente al 26% y al 13% de los híbridos enchufables y los de combustión, respectivamente. Como vemos, China ha sacado toda su artillería sobre capacidad productiva. Han encontrado su hueco en el mercado y están decididos a sacar todo el partido posible, mientras Estados Unidos y Europa se han quedado más rezagados sobre esta industria que, a buen seguro, se presenta como el futuro de la movilidad mundial.