La entrega de los premios "Volante de Oro" de Autobild en Alemania, le han servido a Elon Musk para anunciar in situ la ubicación de la Gigafactoría europea en suelo alemán, concretamente en las cercanías de su capital, Berlín. Varios han sido los países que han pretendido que Tesla se decidiese por su territorio para instalar esta planta, entre ellos Holanda, Reino Unido, Francia y España. La elección estaba casi cantada y las estrategias geopolíticas, económicas y comerciales han llevado a Tesla a llevar a Alemania su producción europea y el Centro de Ingeniería y Diseño creando miles de puestos de trabajo en su entorno.
Holanda albergaba la esperanza de que la planta de ensamblaje de Tilburg, que se encarga del montaje final de las versiones europeas de los vehículos producidos en la sede central de Tesla en California, funcionase como trampolín para convencer al fabricante para implantar allí la nueva fábrica.
A favor de la baza española jugaba la gran importancia que el sector automotriz tiene para la economía, que le convierte en un referente en la producción y exportación de vehículos y componentes. Varios de los fabricantes más importantes del mundo cuentan con plantas en España lo que ha creado un enorme tejido industrial de suministradores que abarca toda la cadena de valor del automóvil. Una industria que fabricó 2,9 millones de vehículos en 2018, que genera el 3% del PIB y que da trabajo a dos millones de personas. Además, España por su clima, garantizaba el suministro de energía solar suficiente para que Tesla replicase lo que ya ha logrado en la Gigafactoría de Nevada.
Reino Unido perdió su oportunidad de albergar la fábrica europea de Tesla debido al Brexit, según ha declarado el propio Elon Musk a Auto Express: "Demasiado arriesgado". En 2014, dos años antes de que el país votara para abandonar la Unión Europea, Musk imaginaba al Reino Unido como el lugar idóneo para la investigación y el desarrollo y, potencialmente, para instalar una fábrica europea que habría proporcionado un impulso muy necesario al país que ha visto caer la producción de su industria automotriz este año.
Francia es el décimo productor de vehículos a nivel mundial y el tercero en Europa, con un total de 2,2 millones al año. Si bien manifestó su intención de que Tesla levantase allí su fábrica europea, Elon Musk nunca ha mostrado un interés real por elegir al país galo como su destino final.
¿Por qué Alemania?
"Todos saben que la ingeniería alemana es sobresaliente. Esa es parte de la razón por la que vamos a ubicar la Gigafactoría Europea en Alemania", dijo Musk en el evento en el que anunció su decisión. Tesla había dicho que anunciaría la ubicación de su fábrica europea antes de fin de año y que Alemania tenía muchas papeletas para llevarse el gato al agua. Pero al CEO de Tesla le gusta el dramatismo y decidió sorprender a todos con el anuncio cuando nadie se lo esperaba.
"Elon Musk tiene la capacidad de impresionar", ha declarado John Boyd, director de The Boyd Company, una empresa especialista en la selección de ubicaciones corporativas con sede en Princeton, Nueva Jersey. "Alemania aporta habilidades de fabricación de primer nivel y dinámicas positivas de la cadena de suministro. Además, Tesla manda una señal distintiva de valor al establecer una presencia física en Alemania, una nación sinónimo de fabricación de automóviles de precisión". Tesla producirá automóviles "Made in Germany", puliendo así su criticada reputación respecto a la escasez de calidad de sus acabados y, en algunos casos sobre la de fiabilidad.
Gene Munster, socio gerente de la firma de capital de riesgo Loup Ventures, está de acuerdo con Boyd y remarca que Tesla cumple con dos objetivos estratégicos. El primero es su ubicación no solo en Alemania sino en la región elegida del país teutón y el segundo es la búsqueda del talento. Situada en Gruenheide, aproximadamente a una hora de Berlín, Tesla ya ha comenzado a contratar personal para el proyecto, según las ofertas publicadas en la web alemana de la compañía, en la que busca talentos para cubrir cuatro roles, que van desde la ingeniería hasta la construcción.
Tesla también construirá allí un Centro de Ingeniería y Diseño. Ramona Pop, la política encargada de los asuntos económicos de Berlín, ha hablado de que se llegarán a crear entre 6.000 y 7.000 empleos directos solo en las labores de producción, y cientos o incluso miles más en áreas como el diseño, el software o la investigación. La fabricación de celdas de batería requiere espacio, infraestructura y subsidios, y la ciudad es una buena opción para una marca premium como Tesla, asegura Ferdinand Dudenhoeffer, director del Centro de Investigación Automotriz de la Universidad de Duisburg-Essen.
Para Tesla, construir sus coches eléctricos en un país que tiene los costes de mano de obra y energía más altos del mundo será un serio desafío. La ubicación propuesta está a poca distancia de Polonia, donde los costes de mano de obra son más baratos, ha afirmado a la agencia Reuters "un fabricante de la competencia" que también ha estado barajando esta ubicación para una de sus fábricas.
Incentivos y costes
Alemania reconoció en septiembre que a pesar de los incentivos fiscales para impulsar los vehículos eléctricos y la infraestructura de recarga no alcanzaría el objetivo de poner en circulación un millón de vehículos eléctricos en 2020. Intensificando su esfuerzo para reducir las emisiones, el gobierno de la canciller Angela Merkel y los fabricantes de automóviles alemanes acordaron aumentar los incentivos para los vehículos eléctricos. Con este nuevo plan, espera alcanzar en 2030 los 10 millones de vehículos eléctricos y el millón de puntos de recarga.
En este contexto, el gobierno alemán ha recibido con satisfacción la decisión de Tesla. A pesar de no haberse producido una reunión entre Musk y Merkel para sellar el acuerdo, las medidas dirigidas a impulsar la movilidad eléctrica de Alemania la han convertido en una ubicación muy atractiva, ha asegurado el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert.
En la Gigafactoría de Berlín, Tesla fabricará coches, baterías y motores, de forma que esta nueva instalación aumenta los esfuerzos de Alemania para posicionarse como un centro de producción de celdas de batería y electromovilidad.
La inversión también reduce la tensión comercial entre Alemania y EE.UU, después de que las amenazas del presidente Donald Trump llegaran al sector de la automoción con la subida de los aranceles a los automóviles importados a los Estados Unidos.