La producción del Model 3 ha sido exactamente lo que Musk predijo que sería, es decir, 'un infierno'. Desde el inicio de su fabricación, el coche ha sido noticia casi cada semana y, normalmente, las historias publicadas son negativas. A finales de abril, Tesla paró la producción de la berlina durante unos días para, según Elon Musk, poder mejorar en el futuro. De hecho, según el mismo CEO de la compañía, deberían llegar a fabricar hasta 6.000 Model 3 por semana a finales de junio.
Durante la semana de parón en la fabricación, Elon Musk admitió en Twitter que había confiado demasiado en la extrema automatización y eso había sido un problema. Para comprender esto debemos remontarnos a 2016, cuando Tesla 'fichó' a Peter Hochholdinger, un ejecutivo de Audi, porque, igual que Musk, creía que los robots podían ser un factor muy importante en la producción de vehículos. Según los planes iniciales del empresario sudafricano, la Gigafactory 1 de Nevada debía ser la fábrica más automatizada del mundo.
¿Una empresa demasiado automatizada?
Elon Musk trabajó en base a su idea y, en 2017, ya presumía de sus robots. "Estamos presionando a los robots hasta el límite en términos de velocidad de operación y pidiendo a nuestros proveedores que sus robots trabajen más rápido y se sorprenden porque nadie les ha hecho esa pregunta", dijo Musk en una conferencia telefónica en noviembre.
Sin embargo, tras el anuncio del mismo Musk sobre su equivocación al confiar demasiado en robots, muchos expertos afirman que no es fácil mejorar los métodos y técnicas establecidas en la industria del motor y, pese a que la automatización cada vez es más importante, sigue siendo una herramienta con mucho camino por delante. "Muchos de los errores que hacen [Tesla] son errores que el resto de la industria hizo en los 80 y los 90", asegura Sam Abuelsamid, analista de Navigant Research en el portal especializado Ars Technica.
Pese a las dificultades, los expertos coinciden en que Musk es un visionario que no debe ser subestimado, ya que es persistente y aprende muy rápido, por lo que aprenderá de sus errores para convertir a Tesla en una marca aún más competitiva.
El caso de General Motors
General Motors destacó en los 80 por su enorme inversión destinada a la automatización de sus plantas. El por aquel entonces CEO, Roger Smith, se veía amenazado por el aumento de popularidad y competitividad de muchas marcas que entraban en los mercados donde antes dominaban. Toyota, sobre todo, era la principal amenaza. Para contrarrestarlo, Smith pensó que los robots podrían aumentar su producción y, a la vez, hacer mejores vehículos.
Según recogen documentos de la época, la automatización no fue más que un paso en falso para GM. "Los robots que debían pintar los coches, pintaban los demás robots", narra el libro 'Comeback'. Así, en un intento millonario por ser más rápidos, en General Motors solo consiguieron ser mucho más lentos. Los expertos afirman que siendo cierto que eran los 80 y la robótica no estaba al nivel actual, Tesla ha cometido un error confiando en exceso en los robots. General Motors gastó miles de millones de dólares en tecnología que nunca volvió a ver.
La conclusión a la que llegan los expertos es que no hay que tener prisas. Mientras que los robots son ahora mucho más sofisticados que antaño, siguen siendo una herramienta de ayuda a los humanos en los procesos que más cuestan y que requieren de técnicas muy precisas y complicadas. En ningún caso, aunque en un futuro nunca se sabe, pueden sustituir a los humanos. Sin embargo, la excesiva automatización, que, en principio, debería servir para que menos personas trabajen provoca la necesidad de más trabajadores.
Ingresos por trabajador
Según Automotive News, un medio estadounidense, la planta de Fremont de Tesla, en California, tenía 4.844 trabajadores cuando pertenecía a Toyota en 1997. Ese año produjo 357.809 vehículos. Por contra, siempre según el medio estadounidense, en 2016 Tesla tenía entre 6.000 y 10.000 trabajadores y fabricó 83.922 vehículos, es decir, fue menos productiva y los beneficios por trabajador, uno de los puntos flacos de la empresa, fueron muy bajos en comparación con otras empresas del sector.
Algunos expertos aseguran que el principal problema de Tesla es el exceso de trabajadores. Sin embargo, otros apuntan que muchos de ellos realizan un trabajo que, en otras empresas, realizan compañías externas. Sin embargo, el gran número de personal de la marca eleva los costes de la empresa, por lo que, sumados los problemas de producción del Model 3, presentar beneficios se ha convertido en una tarea muy complicada para Tesla.
Musk asegura que la coyuntura está cambiando y que, ahora que empezarán a producir el Model 3 sin problemas, la situación cambiará y la economía de la empresa, del mismo modo que sus ventas y su valor, empezarán a mejorar.