Estaba claro que antes o después iba a confirmarse lo que todo el mundo daba por hecho, pero había que esperar a que Tesla diera el último paso. Tras varios meses de rumores e informaciones filtradas, Elon Musk confirma que México albergará la nueva Gigafactoría de Tesla. El anuncio oficial ha tenido lugar en el Investor Day del pasado 1 de marzo. Los detalles en torno a las nuevas instalaciones son algo vagos, aunque sí hemos podido saber que los planes para las nuevas instalaciones son tan concretos como importantes.
La que será la tercera planta en el extranjero para Tesla también jugará un papel muy importante en el futuro de la compañía. Ayer mismo, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador se adelantó al propio Musk al confirmar la localización exacta de la nueva Gigafactoría. Se ubicará en el norte del país, en el Estado de Nuevo León y, más concretamente, en las afueras de la ciudad de Monterrey, la capital de la provincia. A tan sólo 600 kilómetros de Austin, la sede de Tesla.
La idílica localización plantea algunos retos logísticos y estructurales, principalmente relativos a la red de agua. México cuenta con una infraestructura de canalización algo pobre y los encargados de construir la fábrica tendrán que tener especial cuidado con ese tema. A apenas 100 kilómetros de la capital se encuentra la presa El Cuchillo, que es la que abastece a una ciudad con más de un millón de habitantes. Ayer, el presidente de la nación ya avisó de la escasez de agua en la zona y del reto que esto suponía para la gran fábrica.
Ni Tesla ni Musk han aportado datos concretos de la infraestructura ni de plazos de construcción y entrada en servicio. Sí que se ha detallado un plan de inversión de 5.000 millones de dólares con una más que probable ampliación de capital en el futuro. El objetivo es que las instalaciones sean capaces de producir 3.5 millones de coches eléctricos en un sólo año. Una cifra muy alta que, de llegar a alcanzarse, situaría a la planta de Monterrey como la más prolífica y extraordinaria del mundo. Obviamente, esa cifra sólo se alcanzaría con el paso de los años. Los inicios serían mucho más modestos.
Para lograr ese volumen de producción, la Gigafactoría de Nuevo León se encargará de producir la nueva generación de coches eléctricos de Tesla. Musk ha detallado algunas pinceladas importantes de forma paralela, aunque, sobre todo, ha hecho especial hincapié en una revolución industrial. Los americanos quieren reinventar la cadena de montaje de Henry Ford con un proceso de ensamblaje por partes que siguen de forma paralela a la línea principal. El concepto es algo vago, pero bastante prometedor si hacemos caso a las cifras aportadas durante la presentación.
Semejante formato de producción exige una reconversión importante de las fábricas, de ahí que México haya recibido tan importante encargo. No hay plazos previstos, algo raro teniendo en cuenta el gusto de Musk por fijar fechas excesivamente optimistas para todos sus proyectos. En este caso no hay previsión de cuándo empezará a construirse la fábrica y mucho menos de cuándo entrará en servicio. Por el momento, los eléctricos de nueva generación se encuentran en un punto primigenio de su etapa de desarrollo.
