Tras haber estado ausente unos cuantos meses preparando su renovación, la versión de acceso del Tesla Model S vuelve a estar disponible en el mercado español. Es la versión más barata de la superberlina de Tesla (aunque de barata tiene poco) y la que tiene más autonomía. Aunque la versión Plaid se lleva los focos de atención gracias a la espectacularidad de sus 1.020 caballos, la versión 'normal' también impresiona por autonomía. La marca estadounidense anuncia más de 700 kilómetros por carga, aunque para conseguirlo hay que fijarse bien en las llantas.
Si alguien busca los coches eléctricos con más autonomía del mundo, aparecerá un Tesla. No en primera posición, hay que decirlo, pero ahí está el Tesla Model S con una autonomía de 634 kilómetros en ciclo WLTP, la norma de homologación estandarizada que usamos en Europa. Y hay una manera de conseguir más autonomía todavía: elegir las llantas adecuadas. En el caso del Model S, las llantas aerodinámicas Tempest de 19 pulgadas (las de serie) hacen aumentar la autonomía hasta los 723 kilómetros por recarga.
Según la web española de Tesla, la autonomía homologada de 634 kilómetros (WLTP) está asociada a las llantas Arachnid de 21 pulgadas, más deportivas y más atractivas visualmente (para gustos los colores, pero en este caso parece muy evidente). Estas llantas son una opción extra de 4.900 euros. Resulta curioso que Tesla no eligiese la opción más favorable posible a la hora de la homologación.
Sin embargo, en Estados Unidos ocurre al contrario: el dato de autonomía se asocia a las llantas aerodinámicas de 19 pulgadas y, para las llantas grandes, se anuncia una estimación. Según la web estadounidense de Tesla, el Model S homologa 651 kilómetros de autonomía en ciclo EPA (405 millas) utilizando las de 19 pulgadas. Con las grandes, la autonomía estimada es de 603 kilómetros (375 millas).
Llegados a este punto, y sabiendo que el rango entre recargas del Model S puede ser mayor (al menos teóricamente), conviene destacar que la autonomía de 723 kilómetros es una estimación de la propia Tesla, no el dato homologado en ciclo WLTP. Son valores orientativos que, muy probablemente, no se puedan conseguir en condiciones reales normales. Pero, en cualquier caso, es una autonomía impresionante y a la altura (e incluso por encima) de una berlina de gasolina del segmento F.
Montar unas llantas más grandes (y pesadas) hace aumentar el consumo en cualquier tipo de coche, sea eléctrico o no. En este caso, además, hay otra diferencia fundamental: mientras que las llantas grandes tienen un bonito diseño desnudo de cinco palos dobles, las pequeñas están parcialmente carenadas, lo que reduce notablemente la resistencia aerodinámica y, por ende, el consumo. Las carenadas se han popularizado con los coches eléctricos, en los que se agradece cualquier mejora que estire la autonomía. Dependiendo de caso, este tipo de llanta puede conseguir hasta un 4,5% más de autonomía.
Si miramos en la competencia, veremos dos cosas: que el Tesla Model S sólo tiene dos rivales directos y que, en lo que respecta a la autonomía, se encuentra entre ambos. El BMW i7 alcanza los 624 kilómetros en el mejor de los casos con la única motorización a la venta en España actualmente (BMW i7 xDrive 60). Tiene 544 CV de potencia, una batería con 101,7 kWh de capacidad neta y cuesta 143.550 euros. Como en el caso del Model S, equipa de serie llantas de 19 pulgadas con diseño aerodinámico.
El Model S todavía queda por detrás del Mercedes EQS 450+, el coche eléctrico con mayor autonomía del mercado actualmente. Esta versión del EQS anuncia 741 kilómetros y en este caso sí es una cifra homologada en ciclo WLTP. Con 333 CV de potencia y tracción trasera, tiene un precio de 124.375 euros y monta llantas de 20 pulgadas.