Si la presentación de la nueva generación del Model S y del Model X trajo consigo la polémica sobre la sustitución de un volante redondo por uno con forma de yugo (o de mariposa), sin aro en la parte de arriba y de abajo, Elon Musk quiso ir todavía más lejos que eso con el Model Y. Así lo afirma un libro escrito por Tim Higgins publicado en 2021, en el que afirma que en el SUV eléctrico la intención era prescindir de cualquier tipo de volante.
Que la imagen que tiene Elon Musk sobre los coches es muy diferente a la que tienen la mayoría de las personas ha quedado evidente durante los últimos años, desde que Tesla está presente en el mercado. No es solo la nueva tecnología de propulsión eléctrica lo que los hace diferentes, también lo es el software, la conexión de datos, que los actualiza y que permite conocer que ocurre con cada coche en cada instante, y el Autopilot, capaz de liberar al conductor de muchas tareas. Pero Musk va mucho más allá.
En agosto de 2006 presentó la primera parte de su plan maestro cuyo objetivo era que Tesla vendiera un coche eléctrico de gama baja, y utilizando esas ganancias crear otro de gama media para finalmente desarrollar un coche eléctrico que fuese asequible para cualquier persona. Una década después, en 2016, presentó la segunda parte de su estrategia.
Entre los nuevos objetivos, además de ampliar su gama de coches eléctricos a otros segmentos, aprovechar la energía solar y apostar por el incremento de la autonomía, la clave estaba en el desarrollo de una plataforma para compartir coche, con la que el propietario obtendría un beneficio económico mientras otros utilizan su vehículo para desplazarse. Un objetivo que solo puede llevarse a cabo si se piensa en la conducción autónoma total de nivel 5.
Más temprano o más tarde, Elon Musk venderá un Tesla sin volante.
En el libro Power Play: Tesla, Elon Musk, and the Bet of the Century (Tesla, Elon Musk y la apuesta del siglo), escrito por el periodista estadounidense Tim Higgins del Wall Street Journal, se afirma que en las especificaciones iniciales del Model Y Elon Musk no quería instalar un volante. El dirigente consideraba que este SUV eléctrico era la clave para esta cuarta propuesta de su plan maestro, y estaría dotado de un sistema de conducción autónoma total.
Sin embargo, la realidad ha sido tozuda y en este caso ha atropellado los planes de Elon Musk, al menos por ahora. El Model Y cuenta con un volante convencional, que quizás algún día sea sustituido por el volante tipo yugo del nuevo Model S (esperemos que no). Lo que es muy probable es que nunca lo veas sin ningún tipo de volante.
El libro, que contiene entrevistas con muchos ex ejecutivos de Tesla, aunque no con el propio Musk, no es precisamente del agrado del dirigente, al que ha criticado duramente a través de su cuenta en Twitter, afirmando que "Higgins logró hacer que su libro fuera falso y aburrido".
Quizás no sea el Model Y, pero en un futuro no tan próximo como el que imaginaba Musk, sí existirán los vehículos sin volante ni pedales (y eléctricos, por supuesto). La propia Tesla ya está dando los primeros pasos con el desarrollo del Autopilot, que en cada actualización es capaz de hacer más cosas y hacerlo mejor. Y también está desarrollando la tecnología para que sea posible que un coche se maneje sin volante. La Gigafactoría de Austin se convertirá en el centro de desarrollo de los programas de vehículos actuales y futuros del fabricante. Entre sus cometidos está desarrollar nuevos motores y trenes de transmisión que funcionarán por cable, es decir, prescindiendo de los elementos mecánicos que los unen con el volante y los pedales, un paso previo a la conducción autónoma total.
Tesla apuesta por los sistemas de dirección y accionamiento por cable para sus coches eléctricos actuales y futuros.
Tesla y muchos otros fabricantes de automóviles ya ha implementado en sus vehículos actuadores que permiten que el vehículo se maneje en remoto, sin que el conductor tenga que ejercer fuerza sobre el volante o los pedales, ya que esta es la base de la conducción autónoma. Sin embargo, estos sistemas mantienen el vínculo mecánico. La mayoría de los mercados todavía establecen en su regulación la necesidad de que exista este enlace para poder legalizar su comercialización y su circulación, es decir, la tecnología está actualmente ralentizada por temas burocráticos y de seguridad.