La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos, más conocida por sus siglas en inglés NHTSA, ha anunciado la apertura de una investigación sobre 63.000 unidades del Tesla Model S. La investigación llega a consecuencia de las quejas relacionadas con la unidad de control de medios defectuosa que acaba derivando en la inutilización total de la pantalla táctil central del Model S.
Serán investigados 63.000 Tesla Model S fabricados entre 2012 y 2015
La NHTSA investigará 63.000 unidades del Model S producidos entre 2012 y 2015, tras recibir 11 quejas formales alegando fallos prematuros en el sistema multimedia debido a un chip defectuoso en la memoria flash. Tesla utilizó el mismo componente en 159.000 unidades del Model S (fabricadas entre 2012-2018) y del Model X (construidos entre 2016-2018), por lo que la NHTSA podría acabar aumentando el número de vehículos investigados.
Según la NHTSA, la unidad de control utiliza un procesador Tegra 3 de NVIDIA con una memoria flash eMMC integrada de 8 GB de capacidad. Este tipo de dispositivos tienen una vida útil limitada, en función del número de programas o ciclos de escritura/borrado que sufran. Según la agencia estadounidense, los tiempos de encendido más largos, reinicios de pantalla táctil más frecuentes o las pérdidas intermitentes de la conexión con el teléfono móvil son señales de una memoria eMMC dañada, potencialmente en riesgo de quemarse para siempre.
Este desgaste prematuro de la memoria de almacenamiento eMMC acaba provocando un apagón de la pantalla táctil central, y por tanto deja sin acceso a la mayoría de funciones del coche como el climatizador, el infoentretenimiento, el navegador, el ajuste de la suspensión y la dirección, o la intensidad de la frenada regenerativa. No obstante, el coche puede seguir circulando.
Entre las quejas presentadas formalmente, los usuarios han reportado una pérdida de la capacidad de carga; imposibilidad de desempañar los cristales al no poder acceder a los controles de la climatización; o desactivación de algunas funciones del Autopilot.
La NHTSA deberá concluir si el componente debe ser retirado en una llamada a revisión
Si la investigación acaba concluyendo que la memoria MCUv1 (la primera generación de este componente, que más tarde se actualizó) debe ser retirada del mercado, provocará que miles de propietarios del Model S y del Model X busquen una compensación por parte de Tesla. Muchos clientes ya tuvieron que reemplazar la MCUv1, pagando de su bolsillo una reparación en ocasiones superior a 3.000 dólares.
Si la NHTSA acaba haciendo una llamada a revisión para reemplazar todas las memorias afectadas, Tesla deberá hacer frente a una factura multimillonaria. Una llamada a revisión que pondría en alerta a clientes de otros mercados, aunque en ese caso dependerá de las instituciones de protección al consumidor de cada país.